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Marta García

08/05/14

Chocolate: un producto dulce con secretos muy amargos

¿Qué hay detrás de esas exquisitas chocolatinas que se derriten en la boca? Muchos de los “esclavos” del siglo XXI viven de la cosecha del cacao, niños incluidos. Casi 300.000 menores son víctimas de la explotación infantil en el mundo en una industria que no para de crecer.

El chocolate es el protagonista del Día Mundial del Comercio Justo, que se celebrará el próximo 10 de mayo bajo el lema “Bueno para quien lo produce; bueno para quien lo consume; bueno para cambiar el mundo”, una iniciativa presentada el 6 de mayo por la Coordinadora Estatal del Comercio Justo (CECJ).

Más de 12.000 niños trabajan en condiciones de esclavitud en una “industria multimillonaria que crece al 13% anual” y genera unos beneficios de 100.000 millones de euros en todo el mundo, subrayó Gonzalo Donaire, responsable de estudios de la CECJ.

Los productores de cacao apenas se embolsan entre el 3% y el 6% del precio final del producto, por lo que no sorprende que los ingresos medios estén diez veces por debajo del nivel de pobreza extrema en países como Costa de Marfil.

Según el último informe de la Coordinadora, África produce el 73% del cacao mundial pero sólo consume el 3% de chocolate, mientras “un puñado de empresas controlan la mitad de los molinos donde se elabora la pasta de cacao”, precisó Gonzalo Donaire. Y es que apenas cinco grandes compañías ingresan el 60% de las ventas a nivel mundial, un oligopolio que genera miseria y conflictos sociales entre los productores.

Para Javier Jiménez, asesor del gabinete técnico de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, “muchos hábitos de consumo cambiarían” si los ciudadanos conocieran “la cara desagradable” del producto más vendido después del azúcar y el café.

Gonzalo Donaire insistió: casi 300.000 menores “ven hipotecada su capacidad de desarrollo” en las cosechas de cacao, una realidad más dramática si cabe para unos 12.000 pequeños “sometidos a las peores vejaciones” y abusos.

“Hablar de niños esclavos en el siglo XXI es una barbaridad contra la que nos tenemos que rebelar”, denunció Andrés Ramos, vicepresidente de la ONCE, entidad que dedicó el 5 de mayo su cupón al Día Mundial del Comercio Justo.

Loterías y Apuestas del Estado (LAE) hizo lo propio en el sorteo del jueves 8 de mayo para que seis millones de personas llevasen el lema del comercio justo “en el bolsillo”, asegura su director de Relaciones Institucionales e Internacionales, Manuel Gómez.

¿Cómo podemos garantizar unas condiciones de trabajo dignas para los trabajadores, sin diferencias salariales entre hombres y mujeres y con respeto por el medio ambiente?

El primer paso es adquirir productos con la etiqueta de comercio justo que se pueden encontrar en Internet, eco-tiendas y supermercados, pues “el esfuerzo merece la pena” según la presidenta de CECJ, Mercedes García.

Todavía queda un largo camino por recorrer. Las ventas de comercio justo en España alcanzan los 28 millones de euros pero se sitúan “ocho veces por debajo de la Unión Europea”, aclara Donaire.

El acto concluyó con una degustación de chocolate de la que han podido disfrutar un grupo de niños del colegio La Salle San Rafael, candidato al título de Centro Educativo por el Comercio Justo.

A sus ocho años, una de las jóvenes participantes tiene claro cuál debe ser el objetivo de todos: “que nadie explote a niños ni a mayores”.