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Marta García

10/12/14

El movimiento Slow Food lanza su proyecto: 10.000 huertos en África

"Los jóvenes campesinos africanos han decidido tomar las riendas del destino con sus manos", aseguró Petrini en la presentación de la nueva campaña de Slow Food. "Nosotros vamos a ayudarles a dar ese impulso para preservar la agrobiodiversidad de su continente y garantizar todo el mundo tiene acceso a alimentos buenos, limpios y justos".

El proyecto, según Petrini, tiene también un alcance político y social, "como mecanismo de autodefensa contra la política de agricultura intensiva, productos trasgénicos y control de las semillas de las multinacionales".

"África ha pasado históricamente del esclavismo, al colonialismo y al neocolonialismo que tenemos ahora", aseguró el fundador de Slow Food, que puso sobre la mesa el preocupante fenómeno de la "apropiación de tierras" que se está produciendo en el continente.

"China, India y otros países se han apropiado ya de 80 millones de hectáreas de tierra fértil", agregó Petrini. "Ese proceso está teniendo un profundo impacto en la población y está perpetuando las condiciones de explotación, penuria y hambre en un continente azotado por las guerras, las epidemias y las sequías".

África, cuna de la biodiversidad

El fundador de Slow Food invitó a sus miembros europeos --y pronto a los americanos-- a cambiar la visión de África y apreciar su condición como cuna de biodiversidad y de las múltiples expresiones culturales que están plasmadas en sus más de 2.000 lenguas y en su riqueza gastronómica.

Slow Food echó raíces en el continente africano con sus dos primeros grupos hace apenas 10 años. Tras el lanzamiento en 2011 de 'Mil Huertos en África' (el embrión del actual proyecto) la red se ha propagado por el 60% del continente, especialmente en países como Kenia, Etiopía, Suráfrica, Costa de Marfil, Guinea, Mauritania y Mali.

"Nuestros huertos en las ciudades, en las aldeas y en las escuelas son ante todo una herramienta de emponderamiento para las comunidades", declaró John Kariuki, coordinador nacional del proyecto en Kenia y consejero internacional de Slow Food para el este de África. "Hemos retomado el control de nuestras semillas, estamos ganando acceso directo a los mercados con nuestros productos autóctonos y estamos eliminando a los intermediarios".

"El 80% de la agricultura en África está en manos de las mujeres", aseguró la también keniata Eunice Njoroge. "A través de estos huertos hemos creado una poderosa red que nos está permitiendo acceder más directamente a las economías locales y no ser excluidas en la parte final del proceso, como ocurría hasta ahora".

Los 1.400 huertos incorporados ya a la red africana de Slow Food "no son más que una gota de agua en vaso", reconoce Carlo Petrini. "Pero si hemos logrado ponerlos en marcha en poco más de tres años, el futuro que tenemos por delante es muy prometedor. Cualquiera puede apadrinar desde aquí un huerto por 900 euros: eso significa mucho para África. ¿Qué mayor recompensa que ayudar a los africanos a conquistar la seguridad y la soberanía alimenaria?".