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Jorge GdO

09/07/14

El paisaje agrario español, en constante transformación

«El paisaje de cualquier territorio es el resultado de la explotación económica del terreno». Ésta fue la frase más repetida por el coordinador del nuevo Atlas de los Paisajes Agrarios de España, el profesor en Geografía de la Universidad de Valladolid (UVA), Fernando Molinero. Una obra dirigida, sobre todo, a un público «culto» y «profesional», surgida a partir de la colaboración entre Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Grupo de Investigación sobre los Paisajes Agrarios de España.

Tras comenzar con este proyecto hace más de diez años surgió una obra extensa: dos tomos y un total de 1.074 páginas en las que escriben más de setenta autores, cincuenta investigadores universitarios y veinte colaboradores externos, todos ellos coordinados por Molinero.

Un trabajo en el que se puede observar como son en la actualidad las 20 clases de paisajes y cómo han ido cambiando desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Además este Atlas se complementa con un libro publicado en 2011 titulado «Los paisajes agrarios de España», que se remonta hasta la Edad Media.

Los participantes en esta publicación coinciden en una misma preocupación: el cambio paisajístico en función de las necesidades de alimentación y ocio. Una situación en la que Castilla y León juega un papel privilegiado debido a su capidad de adaptación a las normas de la Política Agraria Común (PAC) y a las demandas del mercado mundial.

Algunos de los ejemplos de la trasformación paisajística del medio rural lo encontramos en zonas de regadíos, que ya no sólo existen en vegas o riberas de los cursos fluviales, sino que tambíen en campiñas y páramos consecuencia de las nuevas técnicas de regadío.O en los paisajes de secano, gracias a la especialización productiva, la tecnificación y la modernización las parcelas y explotaciones son más grandes en la actualidad que en 1999. Como último ejemplo, los viñedos tradicionales estaban asentados en los peores suelos, reservando los mejores para los campos de cereal.