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Insólito proyecto para que las ovejas cuenten con señal WiFi

Antes de seguir leyendo, detente un instante y piensa en la cantidad de aparatos con acceso a internet que puedes llegar a manejar en tu día a día. Hace pocos años te limitarías a hablar de los ordenadores, sea en casa o en tu lugar de trabajo. Pero en la actualidad tenemos smartphones, tabletas, relojes, televisores, videoconsolas... casi cualquier «gadget» que aparezca en el mercado hoy en día incorpora algún tipo de puerta a la red, aunque algunos tengan sus limitaciones.

Por esa razón es lógico que sea cada vez más sencillo conectarse desde cualquier lugar. Ya no son sólo bares y bibliotecas: también puedes hacerlo en trenes, autobuses, estaciones, centros comerciales... incluso en las calles de muchas ciudades que se ofrece señal gratuita a vecinos y visitantes. Pero, ¿qué sucede cuando visitas un pequeño pueblo de montaña? ¿O cuando buscas aire puro en el campo o en los bosques? Estás desconectado. Eso es lo que sucede.

De acuerdo, es bueno que en nuestro planeta quede todavía algún rincón virgen donde ni siquiera tu amigo más «enganchado» tenga excusa para estar pegado al móvil. Pero pensándolo un poco más en profundidad, estaremos de acuerdo en que los habitantes de pequeñas localidades también tienen derecho a navegar por la red, algo que no siempre resulta sencillo. Investigadores de la Universidad de Lancaster (Inglaterra) se han propuesto resolver este problema; y leemos la solución que se les ha ocurrido en el blog «Business Insider».

En realidad, la idea despertó en la mente del profesor Gordon Blair y sus colaboradores mientras diseñaban collares inteligentes para ovejas. Estos innovadores aparatos incluían sensores que permitirían a los propietarios de los animales realizar un seguimiento pormenorizado de sus movimientos y costumbres, pero Blair pensó que podía sacar mucho más partido al invento. Al fin y al cabo, si repasas la lista que hicimos al comienzo, las creaciones para proporcionar WiFi en todas partes son cosa casi exclusiva de las ciudades. Así que, ¿por qué no aprovechar el collar para llevar Internet al mundo rural?

Con este pensamiento entre ceja y ceja, Blair y su equipo continúan trabajando para convertir su idea en una realidad cotidiana. Creen que estos Jsmart-collares» podrían difundir una señal de 5 kilómetros de alcance, de manera que sus beneficios se harían extensibles, por ejemplo, a aventureros que pierdan su ruta y necesiten ayuda para orientarse. Lo que está claro es que habrá que dejar abierta la red... porque parece imposible que las ovejas puedan aprender a proporcionar la contraseña a quien se la pregunte.