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La 'marca Italia' se queda con el aceite español

Esta práctica ilegal ha provocado que en el extranjero se asocie el aceite de oliva a la marca Italia. “El mejor aceite es el nuestro pero durante años no hemos sabido venderlo”, reconoce Juan Carlos Gafo, responsable y director adjunto de la oficina de la Marca España.

Lo cierto es que, más allá de un problema de marketing, existe un problema comercial. España es el primer productor y exportador mundial (202.800 toneladas en 2012) y representan más de la mitad de la producción de la Unión Europea y el 40% de la mundial. Además, como apuntan en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), España está consolidando su crecimiento en China e India, mercados con fuerte potencial de aumento del consumo per cápita. Pero Italia es nuestro principal comprador -absorbe el 65% de toda la exportación española- y el segundo exportador mundial (160.000 toneladas). En otras palabras, es nuestro primer cliente y también nuestro competidor más directo y desleal.

Las malas artes italianas no son nuevas ni desconocidas, pero sí cada vez más peligrosas para los intereses españoles. Sin ir más lejos este mismo año, cuando la sequía ha destrozado a la baja las previsiones de cosecha, los precios del aceite de oliva subirán. El consumidor español pagará más por un producto de necesidad básica y el productor y exportador nacional verá reducidos sus ingresos. Sin embargo, el comprador italiano seguirá llevándose a granel nuestro aceite, embotellándolo, etiquetándolo y vendiéndolo como suyo. Una cadena en la que, una vez más, España pierde e Italia gana.

“Hasta ahora nos ha dado igual porque producíamos aceite para dar y regalar. Se ha permitido durante mucho tiempo que se aprovechen de nuestro producto y ahora no se puede resolver el problema con el cuchillo entre los dientes”, explica Sergio Gutiérrez, socio de Iberloeic, empresa española del sector oleico.

La Denominación de Origen, única baza de los españoles

“Nuestra gran baza para competir con las exportaciones de países como Italia es la Denominación de Origen”, explica Sergio. La DO es sinónimo de calidad exclusiva y solo se otorga si el aceite sale embotellado de la cooperativa donde se ha recogido. Un requisito que no cumple la mayoría del aceite italiano.

En España, según datos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), hace dos años 27 aceites presumían de esta calificación. Su comercialización en el mercado de la UE supuso el 9,75% (2.156 toneladas) y el 6,49% (1.437 toneladas) en países terceros.

Pero, ¿quién va a pagar tres veces más por un denominación español de origen pudiendo comprar un virgen extra italiano? Lo que los consumidores desconocen es que Italia exporta aceite etiquetado como virgen extra 100% compuesto por dos tercios de virgen extra español (variedad con sabor y aroma perfectos y que no supera los 0,8 grados de acidez) y un tercio de aceite virgen italiano, que puede tener defectos de sabor y aroma y hasta dos grados de acidez. Esta fórmula aplicada a millones de litros supone una evidente ventaja competitiva para los intereses italianos.

Pocas ayudas y falta de cultura empresarial

El famoso yo me lo guiso, yo me lo como es el que están teniendo que aplicar las exportadoras españolas que, como en el caso de Iberloeic, se enfrentan a un “escenario difícil y con muy pocas ayudas”, denuncian en el sector. Una postura que niegan en el Ministerio de Agricultura y el ICEX: "El aceite de oliva es tratado por todas las instituciones competentes de acuerdo a la importancia que tiene para la economía española". Atendiendo a esta premisa en el Instituto Español de Comercio Exterior se han implementado "acciones de promoción, destinadas a fomentar, aumentar y consolidar el consumo de aceite de oliva, mejorando la información al consumidor y creando hábitos de consumo", afirman.

Las empresas españolas, además de reclamar más ayudas, son conscientes de que para crecer es necesario un mayor asociacionismo. "Tenemos que dejar preocuparnos por competir con la cooperativa de al lado y unirnos", reconocen los cooperativistas. Esta unión paliaría el problema de precios al que se enfrentan tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, ya que si en España las productoras están al servicio de las distribuidoras, en el mercado internacional están supeditadas a las marcas italianas.

Para evitar esto es imprescindible crear en el campo mentalidad empresarial -sólo entre Andalucía y Extremadura suman el 70% de los trabajadores por cuenta ajena-, que “el sector oleico se concentre en grandes movimientos cooperativos gestionados por los propios productores”, apuntan el Iberloeic, una de las empresas españolas que produce, comercializa y exporta aceite de oliva denominación de origen.