CHIL.org

Marta García

06/05/15

Objetivo, salvar a los olmos de la Comunidad

En menos de un siglo, la población de olmos de la Comunidad de Madrid ha pasado de ocupar una tercera parte del arbolado de la capital a ser sólo unos cientos en toda la región por culpa de la grafiosis. Ahora, gracias al proyecto 'Life' de 'Recuperación de olmos en la cuenca del Tajo', se podrán ver de nuevo estos árboles en las cercanías del río.

Dos pandemias acabaron con los olmos durante el siglo XX, los hongos causantes de la grafiosis 'decidieron' venir a España cuando arrasaron con los árboles holandeses. Ahora, Aranjuez y San Sebastián de los Reyes se han embarcado en una actividad pionera para rescatarlos. La Universidad Politécnica de Madrid lleva trabajando casi 30 años en esta tarea, para que se devuelva a la Comunidad este emblemático árbol. Concretamente, en Aranjuez se plantarán 9.654 resistentes a la grafiosis y en San Sebastián de los Reyes la cifra superará los 7.000.

Aunque la grafiosis empezó en Asia, la primera pandemia que atacó a los olmos españoles vino de Holanda en los años 30, por eso era conocida como «la enfermedad del olmo holandés». Esta enfermedad arrasó muchas olmedas durante esa década, pero la mayoría consiguió sobrevivir. En cambio, en los años 80 vino otra enfermedad cuya procedencia era americana y ya no dejó olmos vivos.

Actualmente, apenas quedan unas decenas en algunos municipios de la capital, pero sobre todo han desaparecido de manera muy importante en los parques y jardines. El Retiro es uno de los lugares de Madrid donde la grafiosis ha hecho más estragos, apenas quedan un par de docenas de aquellos olmos cuya sombra era tan codiciada.

En las calles de la capital los supervivientes son más numerosos debido a que los escarabajos que transmiten la enfermedad son «malos conductores por ciudades», como afirma el catedrático de Montes Luis Gil, principal investigador del proyecto, por lo que es más difícil que los olmos urbanos se contagien.

Aunque el proyecto de recuperación se aprobó en 2014, la Universidad Politécnica lleva trabajando en él casi 30 años para fabricar «material resistente».

Los escarabajos son los responsables de transmitir la epidemia

La subvención, dotada con 1,3 millones de euros procedentes de la Unión Europea, «es para ayudar a dar salida a ese material financiando el trabajo de producción y posterior plantación», explica Gil. Este proyecto se llevará a cabo sólo en la Comunidad de Madrid y, más concretamente, en la cuenca del Tajo.

El periodo establecido con la Unión Europea para la plantación de olmos es de cinco años, de los cuales, «el primero sólo se producirá planta, ya que el proyecto 'Life' financia las actuaciones que se van a llevar a cabo a partir del segundo año», especifica el investigador.

Paralelamente, el trabajo tiene financiación pública «por un programa del Instituto Nacional de Investigación», apunta Gil, «también vamos teniendo dinero del Ministerio de Agricultura para ir haciendo trabajos concretos». Aunque advierte de que «esta investigación no es económica, podríamos haber puesto un olmo asiático y no habría habido ningún problema, pero nosotros hemos preferido utilizar nuestras especies».

Para ello, se ha llevado a cabo un proceso de investigación con el objetivo de encontrar olmos que fueran resistentes a la grafiosis. En total, se han encontrado siete especies resistentes, de las cuales dos serán las que se planten en Aranjuez: el olmo común y el 'hulmus laevis'. Éste último no tiene nombre propio, «nosotros lo llamamos olmo ciliado o negrillo», explica Gil, porque «en los últimos años hemos demostrado que esta especie era natural, autóctona de la península».

Con esta actuación, España se sitúa a la cabeza de Europa en lo que a recuperación de olmos se refiere. Será a partir del año que viene cuando se empiecen a plantar árboles resistentes de forma masiva, pero Gil reconoce que si los nuevos olmos volvieran a contraer la enfermedad «sería un desastre, porque hemos sido muy rígidos para seleccionar estos árboles. Sin embargo, siempre existe esa probabilidad y la única opción es seguir con nuestro programa de mejora».

Por si esto ocurriera y los árboles volvieran a contagiarse, la Universidad Politécnica está preparando una vacuna, aunque de momento no habría que preocuparse porque «a estos árboles, de momento, no les atacará la enfermedad, por lo menos hasta que no tengan 15 o 20 años, y en ese tiempo tendremos mejor material del que disponemos», asegura el catedrático.

Pese a todo, los investigadores son positivos: «No habríamos dedicado tanto tiempo y esfuerzo si pensáramos que no lo vamos a conseguir, pero es un proceso que exige continuidad», dice Gil, desvelando la clave del científico: «Sólo hay que tener curiosidad».

Cervantes fue el primero en utilizar en castellano la expresión «no le pidas peras al olmo» en El Quijote, refiriéndose a algo imposible, ya que éstos hacían de soporte sólo de la vid en la época romana. Ahora, el investigador le corrige: «Cervantes se equivocó porque no conocía la capacidad de trabajo de los científicos españoles, ahora ya es posible porque no se van a morir».