CHIL.org

RAIF: Vid. Primeros síntomas de oídio en vid

Editor de texto enriquecido, _15_Cuerpo_INSTANCE_KKXyMvw1Editor, Pulse ALT 0 para ayuda

En los últimos días se está constatando la presencia de oídio sobre el cultivo. Por el momento, estos primeros síntomas de la enfermedad únicamente se están observando en viñas de la provincia de Cádiz, donde se ha detectado en el 32% de las parcelas muestreadas. Sólo se observa en hojas, por lo que habrá que prestar una especial atención por si se pasara a los racimos, al estar éstos en un momento fenológico muy sensible al hongo.

Condicionantes ambientales:

Los factores meteorológicos que condicionan el desarrollo de este hongo son la temperatura, la humedad, y en menor medida, la insolación  (cantidad de energía solar recibida por superficie). Alrededor de los 15ºC empieza a ser favorable para su desarrollo vegetativo y su expansión, alcanzando el óptimo de temperatura entre los 25ºC y los 28ºC, deteniéndose su desarrollo a los 35ºC, y siendo letales si se superan los 40ºC. La humedad ambiental influye en su desarrollo en menor medida que la temperatura. Humedades relativas altas favorecen la germinación de las conidias, y al contrario que ocurre con el Mildiu (Plasmopara viticola), las lluvias abundantes frena su desarrollo, al producirse el lavado del micelio de la superficie del tejido vegetal infectado.

Daños:

El oídio ataca a todos los órganos verdes de la vid. En las hojas aparece, tanto en el haz como en el envés, un polvillo blanco ceniciento, que puede ocupar una parte de ésta, o la hoja completa; debajo de este polvillo se pueden apreciar unos puntitos necrosados. Los primeros ataque de oídio suelen confundirse con los de mildiu, ya que se manifiestan con “manchas de aceite” en el haz; sin embargo, éstas suelen ser más pequeñas y nunca muestran la típica pelusilla blanca en el envés del mildiu, apreciándose en cambio punteaduras pardas. En casos de fuertes ataques las hojas se abarquillan y se recubren del polvillo tanto en el haz como en el envés.  

Los síntomas en sarmientos o brotes se muestran con manchas difusas de color verde oscuro, que al crecer se van tornando de color chocolate, conforme avanza la vegetación, y de color negruzco al endurecerse el sarmiento. En los racimos, al principio del ataque, las bayas aparecen con un tinte plomizo, recubriéndose al poco tiempo del polvillo ceniciento característico.

Los daños más importantes se producen en los racimos, ya que con fuertes ataques se detiene el crecimiento de la piel, con el consiguiente agrietamiento de éste, dejando una vía de entrada para posteriores infecciones por otros hongos (Podredumbre gris (Botrytis cinerea), etc) o podredumbres ácidas (producidas por bacterias). Los ataques fuertes también originan un defectuoso agostamiento de los sarmientos, con el consiguiente descenso en la acumulación de reservas en las yemas

Control:

Se aconseja mantener protegido el viñedo desde la floración hasta el inicio del envero. En variedades sensibles, o con ataques en campañas anteriores, se recomienda iniciar los tratamientos fungicidas a partir de que los brotes tengan 10 cm de longitud.

Los momentos más oportunos para realizar un tratamiento contra este hongo son:

1.- Con brotes de unos 10 cm de longitud.

2.- Al inicio de floración (I).

3.- En los estados fenológicos de tamaño guisante (K) y cerramiento del racimo (L).

4.- En el inicio del envero (M).

Es importante saber que la utilización de fungicidas de diferentes familias químicas, y por lo tanto con distintos modos de acción (Triazoles, Estrobilurinas, etc) evita la aparición de resistencias.

La poda en verde, la eliminación de pámpanos, el desnietado, y el deshojado a nivel de racimos facilitan la penetración de los tratamientos fitosanitarios, así como la aireación de los mismos. En el control de esta enfermedad es muy importante que el producto llegue al racimo por ambas caras, y para ello es necesario realizar el tratamiento por todas las calles de la viña, con maquinaria adecuada y en perfecto estado de funcionamiento, cubriendo bien toda la vegetación, y empleando volúmenes adecuados de agua en cada momento.

Para más información consulte los Informes fitosanitarios de cada provincia.

 

Más información aquí