3 Claves del Fertirriego de Precisión en Olivar
A la hora de planificar una estrategia de Fertirriego de Precisión es imprescindible plantearnos 3 cuestiones clave:
¿Qué tipo de nutrientes necesita mi olivar?
¿Qué cantidad de cada nutriente debo aportar?
¿Cuándo y cómo aportar los nutrientes?
* ¿Qué tipo de nutrientes necesita mi olivar?
Para ello se deben realizar e interpretar correctamente Análisis de Agua de Riego, Suelo y Foliar.
El Análisis de Agua de Riego permite identificar su calidad agronómica, su idoneidad para el cultivo y determinar cómo afecta al suelo y a la planta.
Si el agua no es apta para el riego es posible corregirla a través del fertirriego. Como ejemplo, si un agua tiene una elevada concentración de bicarbonatos y cloruros indica que es necesario aplicar ácido para neutralizar dichos elementos y evitar las obturaciones. Además no usar fertilizantes con cloruros (cloruro potásico, cloruro magnesio…) ya que si el agua los aporta, éstos tenderían a acumularse en el bulbo húmedo originado problemas de asimilación de los nitratos e incluso podría derivar en fitotoxicidad.
Mediante el Análisis de Suelo se determina la fertilidad del terreno, los nutrientes que inciden en el crecimiento de la planta y los posibles antagonismos entre elementos.
En el caso de que el pH de un suelo sea superior a 8, y la Caliza Total esté por encima del 25%, el escenario más probable es que elementos como el Manganeso, Zinc y Hierro estén bloqueados y ésto afecte de forma significativa al desarrollo vegetativo y productivo de la finca. Por tanto, sería necesario aplicar quelatos de Hierro, Zinc y Manganeso del tipo EDDHA que son muy estables a valores por encima de pH 10. También habría que tener en cuenta la interacción entre elementos; por ejemplo, si la relación entre el Calcio y Magnesio en el suelo es superior a 5, indicaría un probable antagonismo en la asimilación del Magnesio.
El Análisis Foliar indica el estado nutricional del olivo, excesos o deficiencias nutricionales y qué nutrientes actúan como factores limitantes en el desarrollo vegetativo.
En este sentido, hemos desarrollado un modelo de interpretación de los resultados foliares, denominado DNA –Diagnóstico Nutricional Avanzando- que consiste en clasificar los nutrientes por orden de deficiencia. De esta forma sabemos qué nutriente o grupo de nutrientes afectan negativamente a la producción y al desarrollo vegetativo del olivo. Y por tanto son los que habrá que reponer mediante aplicaciones foliares y fertirriego.
Una vez conocidos los nutrientes sobre los que se debe actuar, es posible determinar el tipo de fertilizante más adecuado.
* ¿Qué cantidad de cada nutriente debo aportar?
Tenemos que tener en cuenta dos factores:
1. Objetivo de producción: estimación de la cosecha que esperamos.
2. Equilibrio nutricional: en función de los resultados analíticos y el objetivo de producción es posible determinar qué nutrientes incrementar o recudir para lograr el equilibrio necesario.
* ¿Cuándo y Cómo aportar los nutrientes?
Tan importante como el tipo de fertilizante y su dosificación es el momento de aplicación. Resulta crucial conocer la fisiología del olivo para saber en qué momento se producen las mayores demandas y necesidades de cada elemento y en qué momento el olivo acumula los nutrientes, principalmente en hoja.
Tradicionalmente, los fertilizantes se aplican cuando las necesidades del olivo son máximas, sin embargo, hemos comprobado que éste no es el momento más adecuado para realizarlo.
Si tomamos el Potasio como ejemplo, las mayores concentraciones suelen aportarse tras el cuajado del fruto, pero en la mayoría de los casos hemos constatado, mediante la analítica foliar, que cuando se aplica en esas fechas no sólo no se recuperan los niveles adecuados de Potasio, sino que su concentración en hoja disminuye. Por tanto lo más probable es que la planta entre en vecería el año siguiente.
Recomendamos aportar un alto porcentaje de cada uno de los nutrientes cuando la planta no lo esté demandando, con el fin de aumentar sus reservas en hoja.
Nuestra recomendación es aportar un alto porcentaje de cada uno de los nutrientes cuando la planta no lo esté demandando, es decir, en el periodo de máxima acumulación para, de este modo, aumentar sus reservas en hoja. Bajo este criterio y siguiendo con el ejemplo del Potasio, lo ideal sería aplicar al menos el 50% del total del potasio en los meses anteriores al endurecimiento del hueso; de esta forma, los niveles de Potasio desgastados de la cosecha anterior se podrán reponer a lo largo de la primavera, que es cuando el olivo no lo demanda de una forma intensa y queda acumulada en la hoja asegurando un equilibrio nutricional constante para siguiente cosecha.
En cuanto a la forma de aplicación, en el caso de que sea posible, recomendamos máximo fraccionamiento, es decir, la aplicación de fertilizantes con cada ciclo de riego, con el fin de conseguir que los nutrientes estén siempre disponibles para el olivo (en el bulo húmedo) y evitar problemas de contaminación por lixiviación y el bloqueo y antagonismo entre nutrientes.
A modo de resumen, la estrategia Fertirriego de Precisión es el método más idóneo para alcanzar mayores cosechas, más rentables y sostenibles. Para ello es importante contar con un especialista que asesore, ejecute y controle el proceso y valore los resultados obtenidos.
A modo de resumen, la estrategia Fertirriego de Precisión es el método más idóneo para alcanzar mayores cosechas, más rentables y sostenibles. Para ello es importante contar con un especialista que asesore, ejecute y controle el proceso y valore los resultados obtenidos.