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Jorge GdO

29/01/13

Abejas amenazadas

Esta frase atribuida a Albert Einsten tiene su fundamento. Las abejas no son sólo un modelo para nuestros programadores informáticos (ver entrada “El comportamiento inteligente de las abejas inspira el desarrollo de programas informáticos”), son, además, gracias a su labor polinizadora, importantes agentes de la preservación de nuestro ecosistema y garantes de la cadena alimentaria. “El 80% de las especies silvestres son polinizadas por insectos, en su mayoría abejas, y este porcentaje alcanza el 90% en las especies cultivables. Podemos afirmar que un tercio del consumo humano depende de la polinización de las abejas”, declara el experto en especies invasoras de la UEx, profesor del Departamento de Anatomía, Biología Celular y Zoología, José Luis Pérez Bote , coordinador también del Grupo de Investigación Ecosistemas Acuáticos Continentales.

Esperamos que no desaparezcan las abejas, aunque lo cierto es que las amenazas que las acechan son reales y preocupantes. El fenómeno actual más alarmante es el despoblamiento de las colmenas. Esto ocurre cuando las abejas obreras no regresan a las colmenas y mueren. Los expertos están investigando los factores determinantes de este suceso, que varían según la zona geográfica. Así, los investigadores culpan del despoblamiento a causas diversas, tales como, “la proliferación de la aberroa, un ácaro que daña las abejas, los pesticidas, los hongos, el estrés, las especies invasoras, las alteraciones alimentarias y magnéticas, y otros factores ambientales como la sequía y el cambio climático”, enumera Pérez Bote.

La acción de los pesticidas

Uno de los factores más concluyentes desde el punto de vista científico es el daño causado por los pesticidas. Lo acaba de confirmar la Unión Europea este mes de enero a través de un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés). El documento alerta contra los insecticidas neonicotinoides como los culpables directos de la mortandad registrada en las colonias de abejas en Europa y Norteamérica. El uso de estos pesticidas agrícolas está muy extendido y la EFSA ha solicitado a la Comisión Europea que evalúe el riesgo asociado con el uso de tiametoxam, imidacloprid y clotianidina, en relación con sus efectos agudos y crónicos en la supervivencia de las colmenas de abejas, recomendando que se limite su uso en determinados cultivos y semillas. Según los estudios preliminares, esos insecticidas, pueden causar la parálisis y la muerte de las abejas, además de destruir las estructuras de comportamiento de las colonias.

La avispa invasora

Pero una nueva amenaza se cierne sobre las abejas en Europa desde 2004, con la llegada de una especie invasora, la avispa asiática (vespa velutina nigritorax). La avispa asiática se alimenta de abejas, “esta avispa tiene una alimentación mixta, ya que necesita hidratos de carbono para volar y proteínas que obtiene de manera exclusiva alimentándose de abejas”, indica Pérez Bote. La avispa asiática procede de China y del norte de India, llegó al sur de Francia en 2004, probablemente en un contenedor, y se ha extendido de forma muy rápida. La avispa asiática ha llegado al País Vasco y Navarra desde el sur de Francia, y los expertos advierten de que puede colonizar toda la península ibérica en 10 años, según noticias publicadas en la prensa este mes de enero.

Se estima que una sola avispa puede terminar con una colmena en tres o cuatro días. Esperan ante las colmenas el regreso de las abejas obreras cargadas de polen, las atacan, les cortan la cabeza, las patas y el aguijón y las trasladan a sus propios nidos, unas grandes estructuras de celulosa con forma de balón, que hacen en las copas de los árboles. En otoño, según explica el profesor de la UEx, llegan incluso a entrar directamente en la colmena.

Estas avispas no representan un peligro para el ser humano, salvo para los alérgicos al veneno, pero si pueden producir numerosas pérdidas en la apicultura. Como con cualquier especie invasora, la mejor arma contra ella es la prevención. Es decir, “es necesario aumentar las medidas de vigilancia, los controles en las aduanas e incluso la cuarentena”, recomienda Pérez Bote. En cuanto a la erradicación de esta especie invasora, los investigadores van a buscar una feromona sintética, que permita atraer y capturar a estas avispas. Pérez Bote recomienda el diseño de trampas selectivas, capaces de capturar sólo un tipo de especie. Los investigadores de la UEx preparan trampas cuyos agujeros y el señuelo son diseñados de acuerdo con las características del insecto en cuestión.

Confiamos en que las medidas de prevención y erradicación protejan a nuestras abejas, y que la “profecía” de Einsten sea ciencia ficción.