16/02/15
Agricultura, una opción de inversión a largo plazo
Si se miran los precios del maíz con una perspectiva a largo plazo, a pesar de la caída de precios registrada desde hace dos años, el precio medio de los últimos años ha sido claramente superior al observado en los últimos decenios. Ese es el resultado de elementos estructurales, que no se espera que cambien pronto. Entre los elementos más importantes se incluyen la introducción de mandatos de biocombustibles, lo que lleva a un aumento en el uso de biocombustibles, el cambio de los hábitos alimenticios en los países emergentes (dietas más ricas en proteínas) y el aumento de los costes de producción de los cultivos en hilera.
Este último elemento es clave, ya que los costes de producción (semillas, fertilizantes, máquinas, etc.) presionan los precios a medio plazo. De hecho, cuando los costes variables superan los ingresos, un agricultor opta por dejar la tierra en barbecho, lo que da lugar a que se reequilibre la dinámica de oferta y demanda.
Además, en los dos últimos años se ha visto una tendencia negativa de los precios como consecuencia de dos cosechas excepcionales, sobre todo en el hemisferio norte, que causaron un aumento de los inventarios y una caída de los precios desde los niveles récord que se registraron en 2012 debido a las sequías históricas de Estados Unidos. Desde entonces, los precios se han recuperado un poco, por un lado debido a razones técnicas (como una cosecha tardía y húmeda) y, por otra parte, debido a razones estructurales como las mencionadas anteriormente.
Pero esta tendencia de precios más bajos de los últimos años, resultado de las condiciones climáticas favorables, no solo afecta al maíz, sino también a otros cultivos importantes. De hecho, la mayoría de los precios (en dólares), con la excepción de algunos cultivos exóticos tales como el café y el cacao o incluso la carne, están en su nivel más bajo desde el pasado año 2009.
En lo que respecta a los productos cotizados en los mercados internacionales, como los aceites vegetales o el nitrógeno, la clave será seleccionar empresas con costes de producción bajos, lo que les permite generar un flujo de caja, incluso en condiciones adversas de los precios. Es el caso de los productores de nitrógeno, que se están beneficiando de los bajos precios del gas y disfrutan de una gran ventaja en sus costes. También están en esta situación los fabricantes de aceite de palma, que tienen un coste de producción estructuralmente más bajo que las compañías que elaboran aceite de soja, cuya producción proviene principalmente de la región de Matto Grosso y conlleva unos altos costes de producción derivados de su ubicación geográfica (de 1.000 a 1.500 km de la costa) y los gastos de transporte.
Para los próximos meses, prevemos un entorno bastante estable, dado que los precios de las materias primas se han mantenido debido a la sequía de algunas partes de América del Sur. Por su parte, en el segundo semestre del año, la evolución de los precios dependerá en gran medida de las cosechas en América del Norte, donde las condiciones climáticas del verano determinan el crecimiento de los cultivos. Los bajos precios del petróleo también pueden ser un elemento negativo en 2015, ya que su impacto puede suponer un bajo crecimiento de los biocombustibles más allá de mandatos concretos. No obstante, los niveles de precios actuales deben permitir a las empresas de la cadena de valor generar un crecimiento positivo de los beneficios en 2015, basado en la evolución del mercado. Y dentro de estas, destaca el sector del aceite de palma, ya que cotiza con valoraciones históricamente bajas y ofrece un gran potencial alcista.