22/09/15
Bancos de germoplasma: aliados contra la extinción de las especies autóctonas
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que, desde principios del siglo XX, han desaparecido cada mes hasta seis razas ganaderas en el mundo, mientras que se ha perdido ya alrededor del 75 % de la variedad genética vegetal debido, principalmente, a la sustitución de las autóctonas por otras más homogéneas y productivas. Según los datos de la FAO, el 75 % de los alimentos producidos en el planeta proceden actualmente de solo doce plantas y cinco tipos de animales.
El 75 % de los los alimentos actuales proceden solo de doce plantas y cinco tipo de animales
Sin embargo, que muchas de las especies ya no estén presentes en granjas y campos no significa que hayan dejado de existir para siempre, ya que, por imperativo de la FAO, los bancos de germoplasma repartidos por todo el mundo deben conservar muestras genéticas de todas ellas para, si fuera necesario, recuperarlas o mejorarlas.
En el caso de las especies vegetales, España cuenta con diversos bancos de germoplasma, entre los que se encuentra el Centro de Recursos Fitogenéticos del Inia, donde “se conservan hasta 20.000 muestras de semillas, en su mayor parte de variedades tradicionales españolas, que ya no se cultivan o corren riesgo de desaparecer del campo”, ha explicado a Efeagro su directora, Isaura Martín. En sus depósitos se custodian, sobre todo, “leguminosas y cereales, incluidas decenas de variedades de trigo y cebada que, paulatinamente, se han ido reemplazando por unas pocas variedades mejoradas y adaptadas a los sistemas de producción agrícola actuales”, ha añadido Martín.
Para garantizar la viabilidad de esas semillas, “incluso durante cientos de años, se introducen en recipientes herméticos que se mantienen con niveles bajos de humedad y a una temperatura de -18 grados, para que, cuando alguien quiera, por ejemplo, elaborar pan con trigos ecológicos tradicionales pueda disponer de las semillas y germinarlas posteriormente por su cuenta”.
Bancos de germoplasma para la ganadería
En el caso de la ganadería, en España hay bancos de germoplasma que, como el Centro de Selección y Reproducción Animal (Censyra), “preserva muestras genéticas de todas las razas autóctonas de bovino, equino, caprino, porcino, ovino y aves de corral, principalmente en forma de semen, que se mantiene a -196 grados”, según ha detallado a Efeagro su director, Santiago Moreno.
El banco recupera esas muestras cuando los censos ganaderos advierten sobre “un posible riesgo de consanguineidad entre los ejemplares de determinada raza, como sucede por ejemplo con las vacas Cárdena Andaluza y Negra de Teruel, que puede derivar en una evolución genética inadecuada que las haga vulnerable a enfermedades o, incluso, las haga desaparecer”.
Para Moreno, el motivo de la reducción del número de ejemplares perteneciente a estas razas en las granjas españolas “obedece a la baja rentabilidad que ofrecen, y por eso es necesario que las administraciones continúen subvencionando su recuperación, porque son animales adaptados a su medio ambiente, pero ningún ganadero quiere perder dinero con ellas”.
En el caso del pescado para consumo humano aún “no dispone de un banco de germoplasma propio, más que nada porque la investigación en este ámbito comenzó mucho más recientemente, aunque es probable que en unos pocos años comiencen a funcionar los primeros”, ha aclarado el director del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, Antonio Figueras.
No obstante, “sí tenemos bases de datos donde están registradas las secuencias de ADN de algunas de las especies más comerciales, -como el rodaballo o el mejillón-, con las que trabajamos para mejorar la genética”, ha concluido.