29/10/13
Búsqueda para el secreto del sabor del tomate
Bióloga molecular Joanne Labate y genetista de plantas Larry Robertson con el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en Geneva, Nueva York, colaboraron con Dilip Panthee de la Universidad Estatal de Carolina del Norte para explorar la diversidad del tomate en un estudio diseñado para ayudar a los criadores a desarrollar un tomate más sabroso.
Labate y Robertson trabajan en la Unidad de Recursos Genéticos de Plantas mantenida por el ARS en Geneva. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), y esta investigación apoya la prioridad del USDA de promover la seguridad alimentaria internacional.
El grupo cultivó 173 variedades de tomates en Carolina del Norte y ensenó a 10 voluntarios para hacer el análisis sensorial. Luego los voluntarios evaluaron las variedades en una escala de 1 a 5 en varias calidades sensoriales: el olor, el sabor y la textura. Las variedades fueron escogidas de las aproximadamente 6.000 accessiones en la Colección de Germoplasma de Tomates mantenida por el ARS en Geneva porque estas variedades representan una sección transversal de la diversidad de los tomates del mundo.
Los resultados, los cuales fueron publicados en la revista 'Plant Genetic Resources: Characterization and Utilization' (Los Recursos Genéticos de Plantas: Caracterización y Utilización) en el 2013, son entre los esfuerzos más detallados hasta la fecha para identificar fuentes de un sabor mejorado en las variedades comerciales de tomates y las líneas usadas para la crianza de nuevas variedades. Estos hallazgos también son un tesoro encontrado para los criadores, porque ofrecen un juego extenso de notas sobre el sabor, el dulzor, el contenido de vitamina C, el contenido de azúcar y ácido, y otras características.
Los hallazgos demuestran que aunque hay miles de componentes que tienen un papel en el sabor y otras características del tomate, solamente dos componentes tienen un papel clave: los niveles de azúcar y de ácido. Los científicos también descubrieron una correlación positiva entre el dulzor y el sabor. Los tomates más dulces tienen el nivel más alto de sabor.
Estos hallazgos son buenas noticias para los criadores porque demuestran que hay una gran cantidad de diversidad y una gama amplia de posibilidades para ajustar los niveles de azúcar y desarrollar nuevos tomates más dulces. La crianza de nuevos tomates para mejorar el sabor no debe ser difícil porque los niveles de ambos azúcar y ácido pueden ser medidos con mucha precisión y sin mucho gasto, según los investigadores.