26/06/13
¿Fertirrigación o fertilización tradicional?
Una unidad básica de fertirrigación consta de un inyector de fertilizante y un tanque de mezcla de fertilizantes (preferiblemente de material plástico) para aportar el abono líquido o, en su caso, preparar la disolución con abonos solubles.
Las principales ventajas e inconvenientes de este sistema de fertilización con respecto al sistema tradicional son las siguientes:
Ventajas:
Ahorro de fertilizantes.
Ahorro de mano de obra en la distribución de abonos.
Mejor asimilación y rapidez de actuación de los fertilizantes, ya que se produce una respuesta inmediata a la fertilización, por aplicación al suelo de los nutrientes ya disueltos.
Gran flexibilidad en la aplicación, lo que permite la adecuación del abonado a las necesidades del cultivo en cada momento.
Mayor estabilidad en la disponibilidad de nutrientes a lo largo del tiempo, sin excesos ni momentos de baja fertilidad del suelo.
Minimización de pérdidas de fertilizante por lavado y escorrentía superficial, produciéndose menor impacto ambiental por contaminación de aguas superficiales y acuíferos subterráneos.
Establecimiento de programas de fertilización mucho más frecuentes sin que ello afecte al coste en el sistema o la tarea de distribución.
Aplicación rápida y eficaz de diferentes formulados en función de la época, desarrollo y incidencias de la temporada.
Menos compactación del suelo por tránsito de vehículos o personal
Inconvenientes:
Mayor coste de inversión inicial, debido al coste de los equipos necesarios
Necesidad de una formación básica para el manejo de los equipos y fertilizantes.
Hay que utilizar abonos con propiedades adecuadas, teniendo en cuenta la solubilidad, la pureza…
Posible riesgo de falta de micronutrientes por la pureza de los abonos líquidos.
Riesgo de obturaciones de difusores o goteros por precipitados.