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Smokebox es la primera empresa en el mundo que ofrece servicios de reciclaje a partir de los desechos de cigarrillos. Millones de colillas se tiran al suelo cada año. Estos residuos no son biodegradables y acumulan elementos tóxicos que contaminan el ambiente.

El material procesado de las colillas es utilizado como nutriente para aumentar el tamaño de la producción de arándanos, principal exportación chilena al mercado asiático.

¿Cómo se obtiene?

Cada colilla se somete a un proceso de separación físico, químico y térmico, que permite apartar los metales pesados del ácido nicotínico y transformar este material en no tóxico. De ahí se extrae una molécula útil para fines agrícolas, con la que se elabora un producto en formato de líquido pulverizador que se aplica sobre la planta. Este novedoso fertilizante está siendo usado con sorprendentes resultados: “Si antes un arándano medía 14 milímetros, con esta tecnología su calibre puede crecer hasta los 18, con todo lo que eso significa al enviar la fruta al extranjero. Con una sola colilla procesada se puede inocular una planta grande”, afirma Sandoval.

Smokebox se dedica al reciclaje de colillas, tanto instalando contenedores especiales, como recibiendo este tipo de desechos por correo y recolecta los que encuentra tirados en la calle. “Uno va a cualquier parte y está lleno de colillas de cigarros, pese a que una sola puede contaminar hasta veinte litros de agua. Por suerte hoy la tendencia es al reciclaje”, reflexiona.

Futuro ambicioso

El trabajo de Sandoval no termina aquí. Con su equipo investigando propiedades para abarcar otras frutas. “También estudiaremos el reciclaje de pilas, que hoy no es del todo efectivo para el cuidado del medio ambiente”, comenta.