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Daniel Martínez

15/03/15

Crean una granja de pollos alimentados sin aditivos

Son jóvenes, con formación universitaria y desde hace menos de una semana regentan la que es la primera granja avícola de la comarca Tierras de Medina, en la que criarán 62.00 pollos, cuyo destino final serán las góndolas de multitud de cadenas alimenticias distribuidas por toda la geografía nacional. El reto de Rodrigo Nieto García, de 28 años, y Álvaro Nieto Nieto, de 32, es el de hacer que su granja se convierta en un referente dentro de la provincia y de la comunidad y, para conseguirlo, han puesto en marcha en la localidad de Ataquines una infraestructura que, además de contar con las últimas tecnologías que hay en el mercado, también se ajusta a la normativa europea en la que el bienestar animal y la eficiencia energética son prioritarios.

«Nosotros, tras terminar de estudiar, nos pusimos a trabajar en la empresa familiar ya que nos pillo la crisis», comenta Nieto García, quien desde hace una semana ha cambiado los hierros y la forja de la metalúrgica por el cuidado de miles y miles de pollitos.

Los cursos de formación previos para conseguir que la crianza de los animales sea la correcta –ya que «nosotros utilizamos piensos que están libres de hormonas y de cualquier otro producto que acelere el crecimiento»– explica Nieto Nieto, junto a unas instalaciones modernas que «son naves de ventilación forzada y todo está gestionado desde una central informática donde controlamos todos los parámetros de ventilación, iluminación, húmedas, calefacción y los diferentes consumos según las necesidades de las aves», conforman el esquema de esta explotación agrícola, que comienza a dar sus primeros pasos en tiempos de recuperación.

Diversificar el mercado

Bajo la filosofía familiar de diversificar el mercado y emprender nuevos retos, estos dos jóvenes con el apoyo de sus progenitores han levantado de la nada una granja con más de tres hectáreas y media de extensión y una inversión de alrededor de 700.000 euros.

«Nuestra familia siempre se dedicó hacer naves y cuando decidimos montar la granja, nuestros padres nos apoyaron», comenta Nieto García, quien concreta que «cuando tuvimos todas las licencias comenzamos a levantar nosotros mismos la nave. Tras meses de duro trabajo, y tras sortear algunos problemas burocráticos, la granja fue tomando color y las infraestructuras principales estaban listas. «Las naves se ajustan a la normativa europea en términos de seguridad, calidad y rigurosidad con el medio ambiente», comentan estos primos emprendedores que día a día ven como la materia prima de su negocio, los pollos, van criándose. Y es que para tal fin, la infraestructura cuenta con seis silos de 16 toneladas cada uno y un depósito de agua de 20.000 litros.

«Las bebederas y toda la equipación necesaria para poder desarrollar la actividad las hemos montado nosotros mismos», apostilla Nieto García, quien al igual que multitud de emprendedores de la región, ha solicitados subvenciones a la Junta como joven emprendedor y como promotor de una actividad que generará riqueza y empleo a la región.

La eficiencia energética y las nuevas tecnologías están vigentes en el ADN de esta explotación cuyos parámetros (ventilación, iluminación, humedad, calefacción, comederos, consumos de agua y cualquier otra necesidad de las aves) pueden ser controlados y modificados a través del teléfono móvil. Y es que, además de servirse de las últimas tecnologías, los empresarios persiguen también aplicar proyectos de I+D en la crianza de los pollos.

No obstante, como apunta Nieto Nieto, el éxito de una explotación de estas características radica en «el buen manejo, la limpieza, la calidad de las camas de las aves, y en seguir estrictamente las pautas de sanidad para conseguir un producto final de calidad». Los pollos de Ataquines permanecerán 45 días en las naves y después serán trasladados hasta Mercamadrid, donde el cliente los distribuirá entre los diferentes supermercados.

Temperatura y humedad

El cuidado de los animales es esencial en este tipo de negocios, por lo que la metodología es un factor muy importante para minimizar el riesgo de muertes. Los pollos llegan a las naves con pocas horas y «la temperatura debe ser de 34 grados ya que los animales no regulan su temperatura corporal hasta los diez días de vida –explica Nieto Nieto, un verdadero experto en el cuidado de las aves– y, demás de estar a 34 grados, la humedad debe ser de un 60%

Para que los pollitos puedan comer durante los primeros días, los jóvenes ganaderos tuvieron que poner un papel creado y biodegradable en las proximidades de los bebederos, ya que estos animales «son ciegos y no ven por lo que hasta que puedan ver esta técnica facilita que coman y beban».

Si importantes son las maneras de comer y beber, más importantes son los periodos de descanso, ya que «si los animales están estresados el porcentaje de muertes se eleva», explica Nieto quien recuerda que a partir del tercer día los pollitos tienen que ser sometidos a periodos de oscuridad para conciliar el sueño. Durante sus primeros días de vida, los pollos duermen 30 minutos y tienen 22 horas de luz, que se van regulando hasta llegar a doce horas de oscuridad y doce de luz.

Dos Kilos y medio

Todas estas técnicas junto a unos abonos libres de productos bioquímicos, antibióticos y transgénicos, hacen que las aves alcancen en su periodo máximo de crecimiento (45 días) más de dos kilos y medio. «Del día cero al diez les suministramos un pienso de arranque que tiene un mayor aporte de proteínas y, a partir del décimo y hasta el 26, el pienso es de crecimiento», sostiene Nieto Nieto, para a continuación puntualizar que «a partir del día 26 y hasta el final el pienso tiene un aporte de proteínas del 19 por ciento».

A los 35 días del ciclo de las 31.000 hembras se retirarán 10.000 que serán asadas y el resto de pollos (machos y hembras) cuyo índice de conversión (más carne tengan) sea elevado se utilizarán para despiece.