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Los ministros de Agricultura de los Veintiocho celebraron una reunión en la que sentaron las bases de lo que será su negociación con la Eurocámara en el próximo "trílogo", que se celebrará este martes, y en el que también participará la Comisión Europea.

El Consejo de Ministros de Agricultura abordó durante un almuerzo de trabajo los temas abiertos, que incluyen el tope máximo (y la progresiva disminución) de las ayudas a los grandes terratenientes, la transferencia de dinero entre pagos directos y ayudas de desarrollo rural y los niveles de cofinanciación de las subvenciones.

Al término de la reunión, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, dijo que el Consejo había hecho "un ejercicio de flexibilidad" y que en algunos temas se había aproximado al Parlamento Europeo.

En junio, cuando se pactó la reforma agrícola, los Estados se mostraron favorables a admitir una reducción del 5 % de las ayudas por encima de los 150.000 euros, porcentaje que el PE quiere incrementar y que, según fuentes europeas, es uno de los elementos en los que hay más margen de negociación.

Arias Cañete explicó que los países acordaron hoy proponer el mantenimiento de "la degresividad como mínimo de un 5 % para los pagos que sobrepasen los 150.000 euros", algo que pedía España.

También valoró que el Consejo plantee que "en las regiones desfavorecidas, aquellas que no llegan al 75 % del PIB per cápita, como es el caso de España en Extremadura, la cofinanciación pueda subir hasta el 85 %".

La reunión logró superar las reticencias a abordar esos temas de países como Alemania, Reino Unido, Holanda, Dinamarca y la República Checa, que habían insistido en que no estaban dispuestos a tocar ningún punto que pudiera dar lugar a la reapertura de las negociaciones.

"Se trata de un acuerdo complejo y nadie puede garantizar que la apertura parcial de las negociaciones pueda llevar a un resultado mejor. Pero nos hemos mostrado dispuestos a escuchar al PE", dejó claro por su parte en rueda de prensa el ministro de Agricultura de Lituania, Vigilius Jukna, cuyo país preside de la UE este semestre.

"Va a ser necesario que todas las partes hagan un esfuerzo suplementario", señaló el ministro lituano.

Por su parte, el comisario europeo del ramo, Dacian Ciolos, advirtió a los países durante la reunión de las "grandes pérdidas" que implicaría para los agricultores un retraso en la reforma, algo que resultaría inevitable si no se resuelven los puntos pendientes antes de final de septiembre.

Ciolos precisó que, hasta que no haya un acuerdo, no se podrán elaborar los textos legales de la nueva política ni preparar la transición hacia ese régimen, "lo que se traduciría en la imposibilidad de realizar algunos pagos de la PAC por falta de base jurídica".

El comisario subrayó que nadie está dispuesto a reabrir el acuerdo político y que lo que se pretende es "clarificar" algunos puntos relacionados con la aplicación de la reforma y el futuro presupuesto.

El comisario se ofreció como "moderador" entre las dos instituciones encargadas de codecidir la reforma, para encontrar "un lugar de encuentro".

"Lograr un acuerdo político ahora sobre los asuntos pendientes es más importante que una o dos cifras en discusión", señaló Ciolos.