CHIL.org

Miguel HGL

24/07/13

De ruta con los Panes de Indicación Geográfica Protegida

Llega el buen tiempo y está de moda hacer rutas, el senderismo, visitar bodegas, comer en restaurantes, así que ¿por qué no la ruta del Pan con Indicación Geográfica Protegida (IGP)? La campaña Pan cada día ha querido crear para los amantes de este producto y del turismo un tour muy especial donde, si comenzamos por el norte del país nos encontramos el Pan de Cea, típico de Galicia. Según su página web www.pandecea.org/ todo comienza en San Cristóbal de Cea, un municipio español de la provincia de Orense en Galicia que pertenece a la comarca de Carballino, la cual siempre ha sido conocida por su importante producción artesanal del pan. La Villa de Cea es famosa en toda la provincia por sus acreditadas tahonas, en las que se elabora un pan de trigo exquisito que se vende además de en los mercados de los pueblos cercanos, en toda la geografía española.

La forma del Pan de Cea es alargada y redondeada en sus extremos, con una hendidura en su parte central a la que los expertos llaman "fenda", que le da a la pieza su aspecto característico, quedando dividido en dos partes iguales abombadas y ensambladas.En San Cristovo de Cea se pueden encontrar 19 hornos que elaboran este pan y que con su esfuerzo y dedicación hacen posible que se pueda producir y que llegue a todos los consumidores. Dentro de la gastronomía gallega hay una gran variedad de platos típicos para poder combinar con este pan. Un buen caldo gallego, elaborado con grelos, nabizas, berzas o repollo junto con patatas cocidas, unto de alubias blancas y algún ingrediente cárnico, como chorizo, lacón o panceta cocida, o un rico pulpo ‘à feira’, no serían lo mismo sin el Pan de Cea.

Del frío Cantábrico nos movemos hasta la Costa Dorada donde está el Pan de Payés, a quién el pasado 27 de abril el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural (DAAM) dio el reconocimiento como Indicación Geográfica Protegida (IGP). La IGP Pan de Payés catalán http://www.padepagescatala.org/ ampara un producto que respeta una manera de hacer que, en esencia, se ha mantenido inalterable a lo largo de los últimos 100 años en Cataluña y que se fundamenta en procedimientos de elaboración lentos y en el saber hacer de los panaderos durante la cocción. El pan protegido por esta IGP ha de cumplir estrictamente un conjunto de condiciones y un reglamento para garantizar que el que llega al consumidor es un pan con todas las características del tradicional y que reúne determinados aspectos visuales (redondo, de imagen rústica, de corteza crujiente de color tostado, miga tierna y alveolado grande, del mismo color blanco que la harina que se utiliza, que permanece tierno con el tiempo, etc.) y organolépticos (gran aroma y sabor, cierta acidez que mantiene la sensación de frescor, y textura agradable pasadas 8‐9 horas).

La restauración catalana tiene, entre otros alimentos, una gran variedad de salsas como el ajoaceite, el sofrito o el romesco que poco tendrían que hacer sin un buen pan de payés para mojar. Además, hay que tener en cuenta que Cataluña es la comunidad autónoma con el mayor número de restaurantes con Estrella Michelín y que muchos de ellos no dudan en poner ese tipo de pan en su carta.

De Cataluña nos vamos a Castilla La Mancha para probar el Pan de Cruz de Ciudad Real. Tal y como dice la web de Turismo de Castilla La Mancha http://www.turismocastillalamancha.com/ este pan se define como el formado por una pieza compacta y densa de trigo candeal, bregado de miga consistente y blanca, en forma de hogaza abombada, con corteza lisa, en cuya cara anterior lleva dos profundos cortes perpendiculares en forma de cruz, de la que toma su nombre.

Una característica a destacar de este pan es que la miga tiene un aroma intenso a cereales, y en boca un sabor agradable y ligeramente dulce, la corteza es suave y crujiente en boca y tiene un sabor a cereal tostado. Este pan de elaboración artesanal está caracterizado por la climatología propia que hace que la baja humedad relativa del aire provoque que la consistencia de la miga sea compacta, pero de forma algodonosa y sin alvéolos dándole una suavidad característica. Como dicen en la web del Ayuntamiento de Ciudad Real http://www.ciudadreal.es/ la cocina típica de esta provincia ha sido inmortalizada en la novela de Don Quijote de La Mancha, donde se han contabilizado hasta más de 150 recetas. En el propio comienzo de la novela, se describe al famoso hidalgo no solo por físico o condición social, sino sobre todo por lo que come. Los platos más típicos son el 'tiznao' (guiso de pimiento, cebolla y bacalao asados), las migas de pastor, el gazpacho manchego o 'Galianos', o la caldereta de cordero, geniales platos de puchero que hay que probar con un pedazo de Pan de Cruz en la mesa.

Nuestra última parada será en Andalucía, en Alfacar, un municipio español perteneciente a la provincia de Granada. De allí es el Pan de Alfacar, un pan tradicional a base de harinas de trigo, masa madre natural fermentada en la zona de elaboración, agua del manantial de Alfacar, levadura de panificación y sal comestible. Los panaderos logran un pan característico gracias a la utilización de materias primas específicas, cuyas características se encuentran vinculadas tanto a factores naturales como humanos de la zona de elaboración. El Pan de Alfacar tiene una textura flexible y suave, color blanco cremoso en el interior y color dorado en su corteza, que carece de harineado y se presenta ligeramente brillante y lisa. En la página del http://www.magrama.gob.es/ se pueden ver todas las características.No te puedes ir de este municipio sin probar los diferentes tipos de bacalao, la cazuela de Pascua, las gachas, el choto con ajos o cordero a la brasa.

Con estos cuatro tipos de panes diferentes, unidos a una gastronomía y un turismo típico de cada zona, la campaña ‘Pan cada día’ quiere animar a los consumidores a que nunca falte un trozo de pan en la mesa mientras que se deleitan en conocer nuevos sitios de la geografía española.