08/07/14
Dejar el campo sin labrar reduciría la temperatura dos grados
Una de las exigencias de la agricultura ecológica consiste en no arar el terreno antes de plantar. Si todos los cultivos se realizasen así, abandonando los restos de la cosecha y plantando las semillas sin roturar la tierra, la temperatura media de las zonas agrícolas disminuiría dos grados, según un estudio científico internacional dirigido desde el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich.
La tierra labrada tiene un albedo (porcentaje de radiación solar reflejada por la superficie terrestre) menor que la tierra sin labrar. Por ello, los terrenos arados tienden a absorber más calor. Así lo demostraron los autores del estudio durante la fase experimental desarrollada en campos de trigo de la región francesa de Provenza.
Sonia Seneviratne, climatóloga y una de las autoras del estudio, asegura que la ausencia de labrado repercute en gran medida sobre el clima a escala local. Además, señala que el fecto sería mucho mayor en las zonas donde la temperatura es especialmente alta, como por ejemplo en el Sur de España.
Estudios anteriores habían demostrado que la temperatura media bajaba un grado o menos al dejar los campos sin labrar, pero en situaciones extremas y en veranos especialmente calurosos, el efecto se dobla, según informa la revista Investigación y Ciencia.
La agricultura ecológica se basa en la optimización de los recursos naturales. No emplea productos químicos sintéticos o transgénicos. Su producción es la que viene bajo la denominación de alimentos orgánicos. El objetivo de la agricultura orgánica no es solo obtener mayor calidad en los alimentos, también asegurar la sostenibilidad de los cultivos, reducir la erosión y mantener la variedad del ecosistema.