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Blanca Perez

14/10/14

Desarrollan plantas que producen óxido nítrico contra el estrés

El óxido nítrico (NO, por sus siglas en inglés) es una pequeña molécula gaseosa que tiene numerosas implicaciones para el crecimiento y la defensa de las plantas ante situaciones de estrés como el exceso de frío o de calor. Numerosos científicos estudian en todo el mundo esta molécula presente en todos los seres vivos con diferentes funciones, entre ellos, un grupo de Mar del Plata (Argentina) que trata de desarrollar plantas que, en caso de estrés, incrementen su producción de NO de forma automática.

Lorenzo Lamattina, investigador del Instituto de Investigaciones Biológicas, un centro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de Mar de Plata, ha explicado su trabajo hoy en el Instituto Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (CIALE) de la Universidad de Salamanca, ya que en este centro también hay un grupo de investigadores que estudian el óxido nítrico en plantas.

“El óxido nítrico se comporta como una hormona y es fundamental para el crecimiento y la defensa de las plantas frente a temperaturas extremas o agentes biológicos patógenos, es un elemento esencial”, afirma en declaraciones a DiCYT el experto argentino. Su trabajo con esta molécula se ha prolongado durante casi dos décadas y ha logrado importantes resultados. “Hemos encontrado que regula el crecimiento de las raíces”, afirma. Aunque dicho crecimiento es una función propia de las hormonas conocidas como auxinas, en realidad éstas pierden su efecto sin presencia del NO. Además, esta molécula también permite que las plantas crezcan normalmente en suelos donde el hierro no está disponible, según han comprobado los científicos.

En estos momentos, “estamos trabajando en la forma de mantener regulada una producción de óxido nítrico para momentos en que las plantas están estresadas, por ejemplo, en suelos salinos o con altas temperaturas”. El objetivo es producir NO en los momentos clave para que la planta se pueda defender por sí misma y de forma que la respuesta sea instantánea.

Para ello, el equipo de Lamattina se ha fijado en unas enzimas que produce una cianobacteria denominada Synechococcus, un organismo fotosintético. Al colocar esas enzimas en las plantas y regulándolas con un promotor que se expresa en condiciones de estrés, “logramos que la planta produzca un bonus de óxido nítrico”, afirma.

Para que estos experimentos lleguen a tener una aplicación real aún tienen que pasar los rigurosos controles que se exigen a las plantas transgénicas para demostrar que el proceso es inocuo. El motivo es que se trata de plantas que contendrían un gen de otro organismo, aunque se trata de un organismo fotosintético, como las propias plantas, y que ayudaría a producir el NO en el momento en el que la planta lo necesita.

Las posibilidades biotecnológicas de esta línea de investigación son muy grandes porque se ha visto que el NO está involucrado en numerosos procesos fisiológicos. “Detrás de muchas hormonas está funcionando el óxido nítrico como un regulador que permite que las hormonas puedan funcionar correctamente”, explica el especialista.

Una molécula importantísima para diversos campos de la ciencia

En la actualidad esta molécula centra la atención de muchos investigadores de ramas muy diversas. En el año 2000 apenas había 30 publicaciones científicas por año acerca de NO y plantas, mientras que en la actualidad se contabilizan más de 800, “casi más que de las de auxinas, una hormona que se conoce hace 200 años”, apunta Lamattina, lo que da idea de la importancia de este campo de investigación.

Sin embargo, el NO también es muy importante en la actualidad en investigación biomédica, ya que en animales regula la presión sanguínea, entre otras funciones. De hecho, hace años se trataban los infartos agudos por medio de nitroglicerina pero no se sabía por qué este remedio era efectivo, hasta que se descubrió que el responsable era el rastro de óxido nítrico que queda en la nitroglicerina. Este hallazgo le valió el premio Nobel a sus autores en 1998 y, a partir de ahí, algunos investigadores empezaron a estudiar el NO en las plantas.

El investigador argentino ha conocido de cerca el trabajo del CIALE, que en parte también se ocupa del papel del óxido nítrico en las plantas. “No descarto que en el futuro podamos tener algún proyecto en común y sumar esfuerzos, ya que “el trabajo que realizan aquí en Salamanca es muy importante”, asegura, en torno a investigaciones punteras y con publicaciones en revistas de primer nivel.