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Marta García

12/02/14

Diez cualidades de la agricultura familiar

La confusión tiende a ser mayor en los lugares donde la modernización de la agricultura ha alejado a la sociedad del agro. Por eso, en el inicio del Año Internacional de la Agricultura Familiar, la Red Agriculturas considera importante contribuir a esclarecer los conceptos alrededor de esta forma de producción. Jan Douwe van der Ploeg nos adentra en el mundo de la agricultura familiar, que se considera “tanto arcaica y anárquica, como atractiva y seductora”.

¿Qué es la agricultura familiar?

La agricultura familiar es uno de esos fenómenos que las sociedades occidentales encuentran cada vez más difíciles de entender. Esto se debe a muchas razones. Una de ellas es que la agricultura familiar está en contradicción con la lógica burocrática, los protocolos formalizados y la lógica industrial que dominan cada vez más nuestras sociedades. Esto hace que la agricultura familiar se vea a la vez como arcaica y anárquica, mientras que al mismo tiempo emerge como algo atractivo y seductor.

La agricultura familiar es también difícil de captar y comprender ya que es, en esencia, un fenómeno complejo, multiestratos y multidimensional. Más adelante identifico diez cualidades de la agricultura familiar, las cuales, en cada situación singular, no siempre se encuentran al mismo tiempo. Lo más importante para recordar es que la realidad de la agricultura familiar es mucho más rica que los dos aspectos individuales que se usan más comúnmente para describirla: que la familia es propietaria de la finca y que el trabajo es realizado por los miembros de la familia.

La agricultura familiar no se define solo por el tamaño de la finca, como cuando hablamos de la agricultura en pequeña escala, sino más por la forma en que la gente cultiva y vive. Esta es la razón por la cual la agricultura familiar es una forma de vida.

Un balance, de la finca a la familia

Miremos más de cerca las diez cualidades. En efecto, la familia campesina controla los principales recursos (1) que se utilizan en la finca. Esto incluye la tierra pero también a los animales, los cultivos, el material genético, la casa, las construcciones, la maquinaria y, en un sentido más general, el conocimiento (know-how) que especifica cómo combinar y utilizar todos estos recursos. El acceso a redes y a mercados, así como la copropiedad de cooperativas, representan igualmente importantes recursos.

Los agricultores familiares utilizan estos recursos no para obtener utilidades sino para ganarse la vida, para obtener un ingreso que les proporcione una vida digna y, si es posible, les permita invertir para desarrollar más la finca. Esto se aplica incluso si la finca utiliza maquinaria costosa o sistemas de riego y terrazas que los propios agricultores han construido.

Entonces, efectivamente la finca familiar es el lugar donde la familia proporciona la mayor parte de la fuerza de trabajo (2). Esto hace a la finca un lugar de autoempleo y de progreso para la familia. Es a través de su dedicación, pasión y trabajo duro que la finca se desarrolla más y el sustento de la familia se mejora.

Las múltiples necesidades de la familia son satisfechas por la finca, mientras que la familia proporciona las posibilidades, los medios y también los límites de la finca. Este nexo entre la familia y la finca (3) está en el centro de muchas de las decisiones sobre su desarrollo. Cada finca en particular tiene sus propios balances específicos, por ejemplo, entre las bocas que hay que alimentar y los brazos con que se cuenta para hacer el trabajo. Estos balances atan a la familia con la finca y hacen a cada finca familiar una constelación única.

Uniendo pasado, presente y futuro

Pero hay algo más que la propiedad y el trabajo. Las explotaciones familiares proporcionan a la familia de agricultores una parte –o la totalidad– de sus ingresos y alimentos (4). Tener control sobre la calidad de los alimentos de producción propia –y estar seguro de que no está contaminada– es cada vez más importante para los agricultores de todo el mundo. Sin embargo, la finca familiar no es solo un lugar de producción (5). Es el hogar de la familia campesina. Es el lugar al que pertenecen, tanto como es el lugar que les da cobijo. Es el lugar donde la familia vive y donde los niños crecen.

La agricultura familiar es parte de un flujo que une pasado, presente y futuro (6). Esto significa que cada finca tiene una historia, que está llena de recuerdos. También significa que los padres están trabajando para sus hijos. Ellos quieren dar a la generación siguiente un punto de partida sólido dentro o fuera de la agricultura. Y puesto que la finca es el resultado del trabajo y la dedicación de esta generación y las anteriores, a menudo existe orgullo. Pero también ira cuando otros tratan de dañar o incluso destruir la finca construida conjuntamente.

La finca familiar es el lugar donde se acumula la experiencia (7) y donde tiene lugar el aprendizaje y entrega del conocimiento a la siguiente generación de una manera sutil pero fuerte. A menudo la finca familiar es un nodo en redes más amplias que hacen circular las nuevas ideas, prácticas, semillas, etc.

Atado a su entorno

La finca familiar no es solo una empresa económica que se centra principal o únicamente en las utilidades, sino un lugar donde la continuidad y la cultura son importantes. La familia campesina agricultora es parte de una comunidad rural más amplia y, a veces, es parte de redes que se extienden en las ciudades. Como tal, la finca familiar es un lugar donde se crea y se preserva la cultura (8), por lo que se puede considerar como patrimonio cultural.

La familia y la finca también son parte de la economía rural general (9); están vinculadas a la localidad y llevan los códigos culturales de la comunidad local. Por lo tanto, las familias agricultoras pueden fortalecer la economía rural local: es donde compran, gastan y participan en otras actividades.

Del mismo modo, la finca familiar es parte de un paisaje rural más amplio (10). Puede trabajar con la naturaleza y no contra ella, usando los procesos y balances ecológicos en lugar de interrumpirlos, preservando la belleza de los paisajes. Cuando la agricultura familiar trabaja con la naturaleza también contribuye a la conservación de la biodiversidad y a la lucha contra el calentamiento global.