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Esteban Caballero presentó ayer su dimisión como presidente de la SAT Costa de Níjar. Se trata de la mayor comercializadora del campo de Níjar, con un volumen de más de 60 millones de kilos anuales, que queda descabezada. Caballero cede así a las presiones de un numeroso grupo de agricultores, que desde hace semanas pedía por escrito su dimisión y la de toda la rectora, aunque de momento solo ha sido el presidente el que ha abandonado el puesto.

Habrá que esperar a que se celebre una Asamblea para saber qué ocurre con esta empresa, que hace pocos ejercicios sacaba pecho por sus buenos resultados, pero que en las últimas campañas – según los socios que han presentado el escrito – habría acumulado un agujero de varios millones de euros. Los críticos esgrimen falta de transparencia en la gestión y decisiones unilaterales por parte del presidente, un ejemplo de esto último sería la construcción de una nave en Zafarraya (Granada) de la que informó cuando ya estaban iniciadas las obras. No voy a entrar más en los detalles internos de esta comercializadora, lo que sí es sorprendente es que una empresa hasta hace poco tiempo solvente y en continuo crecimiento esté ahora sin rumbo fijo. Y con muchos interrogantes. E incertidumbre.

Un último detalle, no por ello menos importante. Mercadona era el principal cliente de SAT Costa de Níjar, digo “era”, en pasado. Dejó de serlo hace unos meses. Supongo que romper con esta cadena valenciana de supermercados debió ser como perder la joya de la corona, ¿no? Aunque quizá no todas las compañías piensan igual. Hoy he sabido que uno de los interproveedores de Mercadona le ha comunicado a este gigante de la distribución española que en los próximos meses dejará de suministrarle sus productos frescos. ¡Es sorprendente, verdad! Muchas empresas matándose literalmente por ser proveedores de Mercadona, y una de las comercializadoras que ya lo es (de origen murciano) decide voluntariamente desligarse de la compañía de Juan Roig. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que Mercadona exige a sus productores que recolecten a horas intempestivas, incluso de madrugada si es necesario, y quizá esa empresa no está de acuerdo con la política que le exige el supermercado? No lo sé.