CHIL.org

El auge de los nuevos “vignerons”

Pequeños bodegueros están protagonizando una nueva “revolución” en España, según algunos expertos. Más habituales en Francia, estos profesionales piden paso en el mercado para sus productos de edición limitada. Son los “vignerons”.

España está asistiendo a una auténtica revolución protagonizada por los “vignerons” —viticultores que trabajan la tierra y elaboran y venden ellos mismos sus vinos—, unos profesionales muy asentados en Francia desde hace décadas, pero que en nuestro país apenas han emergido hasta ahora. Así lo aseguran al menos empresarios vitivinícolas como Paco Berciano, propietario de la distribuidora “Alma Vinos Únicos”.

Alma Vinos Únicos nace en 1999 de la mano del propio experto en vinos Paco Berciano, de Maribé Revilla y el enólogo Telmo Rodríguez para comercializar en España el trabajo de pequeños productores y agricultores artesanos, ajenos al mundo del marketing.

Sus artífices fueron pioneros en la comercialización de vinos naturales desde 2005 —cuando apenas se conocían— y actualmente cuentan con cerca de 2.000 referencias de las que un 85% no las vende ninguna otra distribuidora. Vinos “con alma”, asegura Paco Berciano.

Sobre la incursión de los nuevos “vignerons” —término de difícil traducción al español—, Berciano recuerda que es habitual encontrar en pueblos vitivinícolas a gente que nunca ha comercializado su propio vino —en muchos casos esta labor la realizan las grandes cooperativas—, cuando en Francia algunas familias acumulan una tradición de cuatro, cinco o seis generaciones haciéndolo.

Sin embargo, detecta ahora una eclosión de los vinos de pequeños bodegueros y “vignerons”, protagonistas de esta nueva “revolución”. Valora la capacidad de estos artesanos de “interpretar” como nadie el terruño y el producto que se hace en una zona, y aportar una visión personal con creciente impacto en el mundo del vino.

Paco Berciano apuesta por este tipo de vinos más especiales y únicos y distribuye estas “rarezas” entre la alta hostelería española, aunque también se comercializan en las vinotecas del grupo: La Tintorería (Madrid) y “El Lagar”, en Burgos.

Prefieren trabajar —indica— con proyectos especiales, buscando en general un perfil de vinos ligeros y de trago largo, que mariden bien con la gastronomía, y huyen de producciones industriales o masivas.

Comercializan los vinos españoles de Telmo Rodríguez o Raúl Pérez; los borgoña de “Domaine Leflaive”; los de Château Rayas de Ródano, los Egon Müller alemanes o el champagne de Jacques Selosse. También cuentan con producciones exclusivas elaboradas para la distribuidora y vinos de los que solo se hace una única barrica.

Respecto a la evolución de la compañía, cerró 2014 con una facturación de 3 millones de euros, cantidad que esperan superar entre un 15 y un 20% este año, según Berciano.

Reconoce que se trata de una distribuidora “atípica” porque no han sufrido los efectos de la crisis como otros, ya que en su caso se nutren de producciones de vino limitadas de compañías artesanas, de alta calidad y precios “no exagerados”, respaldadas por la crítica internacional.

Preguntado sobre el canal Horeca y si está llegando la recuperación tras la crisis, Paco Berciano afirma que detectan una mejoría desde el último trimestre del año y “un poco más de alegría en un consumidor “que recupera la calle” de nuevo. No obstante, advierte de que “al sector le costará mucho volver a los años dorados” y, de hecho, quizás nunca lo haga del todo; la crisis, por ejemplo, ha restringido mucho las comidas de negocios.

El propietario de la distribuidora “Alma Vinos Únicos” confía en que se estabilice la restauración este año, pero no está de acuerdo con “los discursos triunfalistas” de gobernantes, teme las incertidumbres políticas de este año electoral y que, según los resultados, se pueda ponerse en riesgo la recuperación.