13/10/15
El coco, ese gran desconocido
El coco, ese alimento peludo perpetuamente asimilado a retiros paradisíacos y cócteles exóticos, parece encerrar muchos más secretos de los que se creía dentro de su férrea cáscara. Desde la mejora de la salud cardiovascular hasta la posibilidad de elaborar con él harinas aptas para celíacos, este fruto tropical ha dado durante los últimos años el salto del ámbito del remedio popular a la medicina moderna.
Según la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en 2013 se cultivaron en el mundo 63 millones de toneladas de coco, fundamentalmente en Indonesia, Filipinas, la India y Brasil. Europa es el único continente en el que no se siembra.
A pesar de ello, sí que se está empezando a consumir más en forma de refrescos y como recuperador después de la actividad deportiva, siendo ya muy popular en Estados Unidos y Latinoamérica.
Además, "si se siguen las técnicas adecuadas de envasado, el agua de coco puede conservar todos sus nutrientes y sabor sin ningún problema", apunta la nutricionista Yolanda García.
La principal empresa que comercializa este producto, Goya, reflejó en sus resultados de 2015 un fuerte aumento de las ventas en los últimos dos años en nuestro país, fundamentalmente motivadas por su uso posterior al deporte, pero también como refresco.
"El agua de coco es una fuente natural de muchos minerales beneficiosos para la hidratación después del ejercicio físico, como son el potasio, el cobre, el hierro, el fósforo y el magnesio. Además, contiene muy pocas calorías y grasas. Por eso lo utilizan muchos deportistas de élite", explica la nutricionista.
De esta forma, es posible realizar un proceso de recuperación tras un esfuerzo físico con un producto natural. "Podríamos decir que se trata de una bebida 'light'; aunque las bebidas isotónicas contengan gran cantidad de minerales, su aporte de azúcares también es muy elevado, lo que hace que nos aporten más calorías", argumenta García. En el caso del agua de coco, nos ahorramos esas grasas de más y podemos aprovechar la bebida para centrarnos sólo en la recuperación de nuestro cuerpo.
Pero el coco no es solamente su agua, sino que puede descomponerse en muchos más productos: aceite, leche, mantequilla, néctar, crema, azúcar, harina, pulpa... Todo con una utilidad.
Como por ejemplo la leche, obtenida tras un proceso de mezclado y filtrado de la pulpa, que, con su alto contenido en magnesio, es útil como relajante muscular lo que ayuda al correcto funcionamiento corporal.
Sin embargo, aunque algunos de sus derivados sean beneficiosos, los nutricionistas no aconsejan utilizar la pulpa del fruto en dietas para adelgazar por su alta cantidad de calorías.
PROTEGE TU CORAZÓN
Las aplicaciones de este fruto tropical no se reducen únicamente a la recuperación deportiva, sino que tiene efectos directos en nuestra salud cardiovascular.
"El coco contiene ácidos grasos de cadena media, que se ha demostrado en numerosos estudios que tienen múltiples beneficios como por ejemplo el aumento de los niveles de colesterol bueno y la disminución del malo, los triglicéridos y la tensión arterial", detalla Yolanda García.
Según la Fundación Española del Corazón, la diferencia entre estos dos tipos de colesterol es que mientras que el malo se deposita en la pared de las arterias formando placas, obstruyendo por tanto la circulación sanguínea, el bueno transporta esos excesos hasta el higado para que sean destruidos.
"El aceite de coco está compuesto aproximadamente de un 60% de triglicéridos de cadena media; éstos promueven la reducción de la obesidad abdominal metabolizándose directamente en el hígado, lo que a su vez previene las enfermedades cardiovasculares", explica la nutricionista.
Además, el coco tiene también propiedades vasodilatadoras, lo que evita aún más ese tipo de problemas. "Relaja los vasos sanguíneos, disminuyendo así la presión arterial", añade.
Otra de sus cualidades importantes es la de antiinflamatorio. El coco combate la hinchazón y el dolor que causan algunas enfermedades al "reducir la cantidad de prostaglandinas que liberan las células en sitios de lesión, sensibilizando las terminaciones nerviosas que transmiten el dolor", argumenta Yolanda García.
A través del rallado y deshidratación de la pulpa del fruto, y con un procesado posterior, se obtiene la harina de coco. "Es una alternativa deliciosa y saludable para la mayoría de la gente que es alérgica a los frutos secos, el trigo, la leche u otros alimentos que puedan producir reacciones", explica en su página web la terapeuta Mónica Gómez.
Es decir, que se trata de un producto que puede utilizarse para hornear pan, repostería, rebozar carnes y pescados... incluso si se es celíaco.
ALTERNATIVA SIN GLUTEN
"Siempre y cuando no se le añada nada más a la mezcla, la harina de coco puede utilizarse como sustitutivo de otras. La verdad que no se me había ocurrido", reconoce Luján Soler, presidenta de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). "Lo que me preocupa es que esto sea un caramelo en la boca de los celíacos y luego no pueda conseguirse fácilmente en España", lamenta. Aunque cara, como la mayoría de productos aptos para celíacos, la harina de coco puede comprarse por internet al precio de aproximadamente ocho euros el kilo.
Pero eso sí, abre la puerta a elaborar repostería de sabores más exóticos que los que ofrecen las harinas más comúnes entre los celíacos (arroz, maíz, almendra...). "El azúcar natural de este fruto hace que no sea necesario añadirle mucho más, si acaso stevia, que es un edulcorante natural", explica Gómez.
OPCIÓN PARA DIABÉTICOS
Quienes más se preocupan por el control de los azúcares, los diabéticos, también encuentran en el coco un gran aliado. "El azúcar de coco tiene un bajo índice glucémico, es decir, que se convierte en glucosa en la sangre de forma muy lenta, lo que lo convierte en un buen endulzante para las personas que padecen esta enfermedad ya que no causa subidas descontroladas de azúcar", razona Yolanda García.
"El agua es también una buena y refrescante opción por su bajo contenido en azúcares", explica Yolanda García. "En el caso de la pulpa, contiene una gran cantidad de fibra, lo que ayuda a controlar el nivel de azúcar en sangre además de mejorar la salud intestinal".
COSMÉTICO NATURAL
El aceite de coco se ha convertido en los últimos años en el producto estrella de la cosmética natural. Éste se extrae a través del prensado de la pulpa y está compuesto casi en su totalidad por ácidos grasos. Su alto contenido en vitamina E y K le dota de útiles propiedades: previene el envejecimiento prematuro de la piel y del cabello, repara los tejidos y aporta una gran hidratación. Sus beneficios también se extienden a las uñas, endureciéndolas y suavizándolas, a la vez que previene las estrías y dota de luminosidad al pelo y la piel. También actúa como desmaquillante natural, incluso para máscaras de pestañas 'waterproof'.
Además, sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias ayudan a la cicatrización de quemaduras y heridas. Esta facultad ha llevado a que algunas firmas se replanteen el uso de los parabenes que conservan el producto y los sustituyan por aceite de coco.
Muchas marcas han optado por incluir este producto en sus artículos de belleza por sus propiedades nutritivas. Una de ellas es The Body Shop, que tiene una línea completa dedicada a este aceite. La crema corporal Plaisirs Nature Nuez de Coco de Yves Rocher, así como los productos de Naturalium, también sacan provecho de sus beneficios. Para tener unos labios hidratados, Daily Lip Conditioner de Blistex también confía en el coco, y para desmaquillarse, Sepai ha creado No More Make Up. Coola piensa también en proteger la piel de los más pequeños durante el verano y ha sacado la crema solar Baby mineral sunscreen.
La firma de alta cosmética Skinergiè realiza algunas de sus cremas con aceite de coco virgen ecológico, así como mascarilla capilar. Otras marcas que han incluido este producto sus geles de baño son Natural Honey (Coco Addiction 100% natural) y La Toja (Nutri Oil).