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Miguel HGL

20/06/13

El Copa-Cogeca defiende la producción de biocombustibles

El Copa-Cogeca ha hecho público un comunicado en el que aseguran que la causa de los precios tan elevados y volátiles no es la producción de biocombustibles, sino los factores tradicionales y fundamentales del mercado, como los precios del petróleo, los tipos de cambio, los extremos climáticos y las restricciones ad hoc de las políticas comerciales. Estas son las conclusiones de un nuevo estudio que ha sido presentado en una conferencia de prensa en Bruselas.

Los mercados locales de los países en desarrollo suelen mantenerse apartados de las fluctuaciones de los precios agrícolas globales. En estos últimos años, las fuertes variaciones de precios en los mercados agrícolas globales han tenido sólo un impacto mínimo en las regiones afectadas por la hambruna. "El desacoplamiento de los mercados en los países en desarrollo desemboca con frecuencia en una intensificación del problema del hambre", ha dicho el profesor Michael Schmitz de la Universidad de Giessen de Alemania, autor del estudio "¿Contribuyen los biocombustibles a la volatilidad de los precios y a la inseguridad alimentaria"? Por el contrario, la hambruna y la inseguridad son el resultado de la mala gobernanza, de la corrupción, las guerras civiles y los extremos climáticos. Schmitz, un economista agrícola, ha sido miembro durante varios años del Consejo científico consultivo sobre política agrícola del Ministerio Federal de Alemania para la alimentación y la agricultura. "Para algunos países en desarrollo y emergentes, los biocombustibles son de hecho una fuente disponible de ingresos adicionales de exportación y un ahorro del gasto dedicado a las energías fósiles de importación", ha dicho Schmitz.

El Prof. Jo Swinnen de la universidad de Lovaina ha podido observar que las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las grandes organizaciones internacionales han experimentado un cambio de rumbo drástico en estos últimos años. Mientras hasta 2006 se consideraba que los bajos precios de los productos agrícolas a escala global contribuían a la hambruna a nivel del planeta, desde 2009 se achaca el hambre imperante a los precios elevados de los productos agrícolas. "Este giro en los argumentos las ONG pone de manifiesto el escaso fundamento de su argumentación, tanto antes de 2006 como después

de 2009", ha declarado Swinnen. Entre otros cargos, el Prof. Swinnen ha ejercido de economista jefe en el banco Mundial y de asesor de la Comisión Europea, de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE) y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De hecho, finalmente, esto viene a ser como la situación de una familia: un productor neto de productos alimentarios se beneficia de los precios elevados, mientras un consumidor neto tiene que soportarlos. "Es esencial realizar un examen más pormenorizado que el que realizan las ONG, también por lo relativo a los biocombustibles", ha dicho Swinnen.

"Este debate en el que se han opuesto los productos alimentarios a la alimentación es totalmente incorrecto e ignora la realidad de la producción de los biocombustibles", ha dicho Pekka Pesonen, Secretario general del Copa-Cogeca, representante de los agricultores europeos y de las cooperativas agroalimentarias. "La producción de biocombustibles proporciona de hecho importantes ventajas al sector de la alimentación animal, ya que las semillas de colza pueden utilizarse simultáneamente para la producción de biodiesel y para la elaboración de piensos. La mayoría se destina al sector de los piensos. La alimentación animal resultante de la producción de biocombustibles debe considerarse por consiguiente como subproducto válido. Si se produce menos biodiesel y bioetanol en Europa, como están exigiendo algunas ONG, la UE tendría también que importar más harina de soja. El aumento de la producción de biocombustibles en la UE también alivia la presión en las tierras en los países no europeos y ayuda a combatir la desforestación de los bosques tropicales. Por consiguiente, una reducción de la producción de biocombustibles incrementaría la dependencia para la alimentación animal y desembocaría en una pérdida de biodiversidad. Este debate que enfrenta los biocombustibles con la alimentación es totalmente equivocado y los políticos deberían ponerle fin." ha concluido el Sr. Pesonen.