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Blanca Perez

25/01/15

El curioso árbol de los mil colores

A simple vista puede parecer que el árbol que ilustra este artículo ha sido el blanco de algunos artistas del grafiti. Nada más lejos de la realidad, porque la variada coloración que luce su tronco es totalmente natural.

Tal y como podemos leer en el blog “Mediambiente”, este curioso árbol pertenece a la especie “Eucalyptus deglupta”. Su característica más distintiva es, precisamente, la vistosa coloración de su tronco, lo que le ha llevado a ganarse el sobrenombre de “eucalipto arcoiris”.

El llamativo aspecto de estas plantas se produce debido a la forma en la que mudan su corteza. El cambio se produce de forma escalonada a lo largo de todo el año, por lo que con el paso del tiempo el color verde del interior del tronco se va oscureciendo para dar paso a tonos azules, púrpuras, granates, naranjas, rosas u ocres.

De hecho, el nombre de la especie, “deglupta”, deriva de una palabra latina que describe el proceso de mudar la piel, en referencia al desprendimiento de la corteza.

Nativo del sur de las Islas Filipinas, Indonesia y Nueva Guinea, el árbol arcoiris es una de las dos únicas especies de eucalipto no originarias de Australia. En la actualidad es posible encontrarlo en muchas regiones de clima tropical, como Puerto Rico, debido a que crece muy rápido en terrenos soleados, húmedos y con buen drenaje.

En condiciones óptimas, puede crecer hasta tres metros en un año. Esta circunstancia ha hecho que su cultivo, al igual que el de otras especies de eucalipto, sea muy habitual en la industria papelera.

Por supuesto, su llamativa coloración natural lo convierte en un árbol ornamental muy apreciado en jardinería y, probablemente, en el habitante ideal de cualquier bosque encantado.