12/02/16
Elige un buen vino sin la opinión del crítico.
Un gran número de consumidores españoles quiere evitar riesgos a la hora de escoger un buen vino para una ocasión especial, pero con frecuencia se entrega a tópicos y estereotipos, a las marcas “de moda y denominaciones de origen “de siempre” o se confía a las puntuaciones de los principales críticos.
Para el sumiller madrileño Alberto González, “deberíamos dejarnos llevar un poquito más” y desechar “leyendas” que aseguran que en ciertas zonas no hay buenos vinos, como durante años se dijo de “Jumilla“, pese a que allí “se pueden encontrar joyas actualmente”.
Denominaciones de origen emergentes:
“Intento que el consumidor descubra cosas que les puedan gustar; recomiendo vinos dedenominaciones de origen emergentes, vinos diferentes que se desmarquen de las corrientes habituales”, añade.
En definitiva, productos que combinen un precio atractivo con estándares altos de calidad.
En todo caso, “entre 4 y 700 euros hay vinos para todos los públicos”, explica este sumiller, quien reconoce que el consumidor cada vez está mejor información gracias a prensa, publicaciones, críticos, aplicaciones móviles o guías de puntuaciones.
También constata que hay un creciente público joven que acude a las vinotecas ya documentado, que “sabe, lee, mira, entiende y comparte”, en lo que ha tenido mucho que ver el auge de la gastronomía española, también en los programas de televisión.
La voz de los aficionados cuenta:
Los puntos de los críticos ayudan a la hora de elegir, pero “si no se conoce el vino en cuestión, no deberíamos lanzarnos a comprar una caja”, ya que “los catadores son personas, y al igual que nosotros tienen gustos particulares“.
Juan Luis Martín, de La Tintorería Vinoteca, señala que mucha gente llega a la tienda influenciada por publicaciones, por las denominaciones más vendidas, como las “3 Rs (Rioja, Ribera, Rueda), por las marcas de siempre, por “las modas” y por las puntuaciones de los gurús o críticos, aunque no siempre serán la mejor elección.
“En España, hay gente joven haciendo las cosas bien. No todas las zonas son nobles, pero en cualquiera pueden hacerse vinos dignos. Yo prefiero tomar un buen vino de Zamora que uno mediocre de La Rioja“, aunque la mayoría de los consumidores prefiera a los clásicos.
Martín también insta a huir de “estereotipos”, como que el vino “gran reserva es mejor que el reserva; o el reserva mejor que un crianza“, porque “son cosas que no tienen nada que ver”.
Hay que huir de estereotipos, como que el vino gran reserva es mejor que el reserva; o el reserva mejor que un crianza, porque son cosas que no tienen nada que ver
Este experimentado profesional confía especialmente en los vinos tintos atlánticos, del Bierzo, Galicia o los canarios, y entre los extranjeros muestra predilección por los de Borgoña y los blancos alemanes, al tiempo duda de algunos espumosos italianos muy a la moda que se han instalado en nuestra mesas.
A su juicio, “los lambruscos que llegan a España son bebidas infames”, por lo que insta a los consumidores a decantarse mucho antes por los vinos “de aguja” catalanes, de más calidad.
La empresaria Mayte Santa Cecilia, de la Vinoteca Santa Cecilia, destaca la importancia de la documentación, puesto que, cuanto más conocimiento del sector se tenga, mejor, y eso incluye la asistencia a catas y los viajes donde se entra en contacto con el vino.
Descubrir los gustos de cada consumidor
Dejarse aconsejar por los expertos de una vinoteca tiene sus ventajas, porque el profesional puede “descubrir” los gustos del cliente, algo que será imposible usando sólo una aplicación, afirma.
El personal de una tienda de vinos “puede ayudar al cliente a maridar una cena especial, en función de la carta y de los gustos concretos o perfil del consumidor, es decir, si le gusta unaacidez más alta, menos marcada, afrutados, con más madera…”, asegura.
“Un personal shopper o experto siempre tiene su ventaja, pero una guía o aplicación te puede dar una visión general”, concluye.
Fuente: EFEAGRO