23/02/14
En busca de la variedad de papaya que se adapte a las condiciones de la Península Ibérica
Las papayas que se están cultivando en el sureste peninsular dentro de un invernadero se enfrentan al problema del frío en los meses de invierno y, como consecuencia del mismo, la dificultad está en alcanzar los óptimos grados brix. De ahí que la búsqueda de una variedad que se adapte a las condiciones de esta parte de España es la clave para que se pueda producir papaya bajo abrigo. En Canarias ya lo hacen, pero las condiciones climáticas de la Península Ibérica son distintas. De ahí que el mayor interés de los productores asistentes hace unos días a la jornada sobre este cultivo, que se organizó en la Estación Experimental de Las Palmerillas, estuviese en conocer algunas variedades que funcionen bien en las latitudes ibéricas. Sin embargo, los ponentes no se mojaron y no quisieron dar nombres de variedades. Eso sí, la charla fue sumamente interesante, aunque faltó esa información que todos esperábamos.
Bruno Morales de la firma canaria Pipo y Adán explicó el manejo que se hace en los invernaderos del archipiélago. Su compañía es distribuidora de Semillas del Caribe, una casa comercial mexicana especializada solo en papayas. En Canarias muchas antiguas plataneras y tomateras se han reconvertido ahora en este otro cultivo.
Se recomienda una densidad de 2.000 plantas por hectárea; el uso de cultivos trampa como el maíz para evitar, por ejemplo, el pulgón; e invernaderos de cinco o seis metros de altura, aunque hay variedades de papayas que podrían adaptarse a estructuras más pequeñas.
Se pusieron muchos ejemplos. Plantar en octubre y recolectar un año después; aunque con un buen manejo agronómico y dependiendo de la zona, el clima y la temperatura se podría plantar en marzo-abril y recolectar seis o siete meses después.
Luego vino la otra parte que suscita ese interés creciente por cultivar papaya bajo plástico: la rentabilidad. Según describieron los productores canarios, si antes se producían 30.000 kilos, ahora se triplica o cuadruplica e incluso se puede llegar en alguna explotación a 200 kilos por planta. Un ciclo de producción de entre 18 y 20 meses. Los números sobre la mesa, deducidos ingresos y gastos, arrojaban significativos beneficios. Habrá que ver quiénes en la Península son los aventureros que quieran emular a los productores canarios.
Finalizo con Manolo y Juan José, agricultores de La Cañada. Comentaba Manolo que acaba de crear un sello bajo el nombre de ‘Papayas de Almería’.