06/11/13
Entrevista a una emprendedora en el medio rural, un proyecto en torno a la cultura y las palabras
- ¿Por qué eligió vivir en el medio rural?
Elegí Pinsoro como mi hogar hace unos años. Una de las razones fueron sus gentes. Cercanas, solidarias y comprometidas con su pueblo. Todas las demás saltan a la vista, solo con darte un paseo, ya que Pinsoro es un pueblo con mucho encanto. De los pueblos de colonización de la zona es el de mayor tamaño con unos 800 habitantes. Además mucha gente no empadronada acude regularmente en días festivos, fines de semana, vacaciones de verano... Pinsoro, al igual que la mayoría de municipios del mundo rural de España ha perdido población en los últimos años. Sin embargo está muy vivo y sigue teniendo el ímpetu de un pueblo que lucha por su futuro.
- ¿Qué es La estación de las palabras?
La estación de las palabras es la librería donde todo es posible. El mundo de la cultura y las palabras, tienen aquí un espacio a su medida, donde pueden encontrarse con las personas que vienen en su busca. Ofrece un lugar donde se encuentra todo tipo de material escolar, de oficina, manualidades y papelería. Además del servicio de encuadernar, plastificar, envío de fax, fotocopiar e imprimir. Libros tanto para adultos como de temática infantil y de texto. Completando todo con una selección de juguetes educativos.
También productos de fabricación artesanal, como abalorios, productos de regalo personalizados, diseño e impresión de libretas, calendarios, tarjetas de visita, marca-páginas, listados de precios o menús para otros establecimientos, así como camisetas para fiestas u otros eventos, hechas con vinilo. Busco, en todo momento, las necesidades de mis clientes y me adapto a ellas.
-¿Cómo surge la idea de poner en marcha este proyecto?
Durante años cada uno sueña o imagina con lo que haría si tuviera dinero, si tuviera el valor, si pudiera… A lo largo de mi vida laboral he tenido infinidad de ocupaciones y trabajos. Entre ellas la de ser madre y ama de casa desde que quedé en paro en febrero de 2008. Siempre he pensado que tu trabajo u ocupación, eso que haces para ganarte la vida, no tiene que quitarte las ganas de seguir viviendo. Tiene que hacerte saltar de la cama al sonar el despertador lleno de vitalidad y ganas. Y así, harta de tener trabajos en los que mis ilusiones se apagaban poco a poco, fui viendo cada vez más claro a lo que yo quería dedicarme: quería ser librera.
A partir de ese momento decidí llenar la parte profesional que tenia vacía. Trabajar con libros y papel, ofreciendo un refugio donde encontrar un espacio a medida y asequible a todo el mundo.
Con los 30 recién cumplidos, en plena crisis y con más voces diciéndome que estaba loca que alentándome, me propuse canalizar toda mi energía en encontrar la fórmula para ver surgir La estación de las palabras.
- A veces se cree que en el medio rural no hay espacio para la literatura...En su caso se han dado muchos elementos juntos: mujer, emprendedora, medio rural... ¿Ha sido difícil?
Ha habido momentos para todo... Sí, ha sido y es difícil. En ningún momento conté con que fuera fácil. Pero es más emocionante de esta manera. Superarte cada día, afrontar tus miedos, mirarlos desde lejos y volver a empezar, Son factores que hacen que mi vida sea plena.
- ¿Cuáles son las mayores dificultades a las que se enfrenta?
La maltrecha situación de la economía familiar y otros factores como estar en constante búsqueda de nuevas líneas de ventas, con sus consecuentes inversiones, el poco tiempo del inicio de la actividad. Aparte de los constantes recortes que asedian a la clase media y que limitan el poder adquisitivo.
- Después de un año, ¿qué balance hace de la experiencia?
Desde el 3 de septiembre del 2012, La estación de las palabras dejó de ser un sueño para ser una realidad. Y no solo para mí, sino para muchas personas que hacen posible día a día que todo esto siga firmemente en pie.
Las cosas no siempre son fáciles y no voy a negar que al llegar a casa, la mayoría de los días, me gustaría ser solo persona y no maquinista de tren a tiempo completo, pero mi realidad es plenamente satisfactoria y cuento con la certeza de saber que estoy ayudando a mi pueblo a seguir creciendo. Trabajo para que la cultura y las palabras sigan fluyendo con libertad y estén al alcance de todas y cada una de las personas que quieran llegar a ellas, vivan donde vivan.
- ¿Cómo ve el futuro en el medio rural?
Afortunadamente y aunque las cosas no son fáciles hoy en día para nadie, el mundo rural está lleno de gente luchadora. Saldremos adelante.
- ¿Qué le diría a alguien que está pensando en darle la vuelta a su vida e iniciar su propio proyecto?
Que nuestra vida solo nos pertenece a nosotros mismos. Si de vez en cuando una vocecita en nuestro interior dice “yo lo que tendría que estar haciendo es…” ¡Sigámosla! Demos una oportunidad a ese proyecto siempre aparcado y no dejemos que nadie nos haga esclavos de una rutina sin saber muy bien por qué.
Ahora bien, según mi experiencia puedo aconsejar la prudencia en la misma dosis que la valentía. No porque a mí, mi idea me parezca chiripitiflautica a los demás les va a perecer igual de buena idea. Flexibilidad a la hora elegir una línea de negocio sin dejar de ser fiel a los sueños de cada uno, ir poco a poco, intentar no arruinarse en el intento y ante todo calma.