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Miguel Lorenzo

05/05/14

FIAB apuesta por las nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia energética de las pymes agroalimentarias

- Las actividades realizadas en el marco de esta iniciativa están financiadas por el Programa de Cooperación Transnacional –MED- y se desarrollan en siete regiones del eje mediterráneo donde la industria agroalimentaria es muy representativa.

El uso de energía es un elemento fundamental para elevar la competitividad de las empresas. Aunque la aparición de nuevas tecnologías ha permitido mejorar su puesta en marcha y reducir los costes, su introducción en las pequeñas y medianas empresas continúa siendo lenta y requiere acciones específicas de promoción. Éste es precisamente el objetivo del proyecto Sinergia: promocionar la transferencia de tecnología a las Pymes agroalimentarias en el área mediterránea.

Las actividades realizadas en el marco del Proyecto Sinergia están financiadas por el Programa de Cooperación Transnacional –MED- y se desarrollan en siete regiones del eje mediterráneo donde la industria agroalimentaria es muy representativa (Italia, Francia, Eslovenia, Grecia, Albania, Croacia y España), proponiendo el uso de energías renovables y procesos innovadores más eficientes.

En el marco de la exposición internacional de Alimentación, CIBUS, que se celebra en Parma (Italia) entre hoy y el jueves se ha organizado un nuevo taller de trabajo sobre el proyecto en el que se han analizado las oportunidades y beneficios de las nuevas tecnologías en las pequeñas y medianas empresas a través de la exposición de casos de éxito a nivel internacional que ponen de manifiesto el papel de las tecnologías de vanguardia para ser más eficientes energéticamente y el uso de fuentes renovables.

La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) está involucrada en tres de estos proyectos: Cool Save, Biogas3 y el proyecto GIST.

El objetivo de COOL SAVE es reducir el consumo de energía industrial en instalaciones de refrigeración mediante sistemas mecánicos por compresión de vapor. Este tipo de tecnologías es de mucha utilidad en el sector de la alimentación y bebidas, por la gran cantidad de energía que requiere la conservación de los productos. En las pruebas piloto realizadas en la industria alimentaria se han producido ahorros del 20%.

El Proyecto GIST, por su parte, nació de la necesidad de gestión y monitorización medioambiental de los recursos humanos y económicos. Se trata de un sistema de apoyo en la toma de decisiones medioambientales para ayudar a las pequeñas y medianas empresas. El principal objetivo es la mejora de la sostenibilidad en el procesado de alimentos de las empresas agroalimentarias.

En este encuentro también se ha explicado la iniciativa Biogas3, creada para promover el aprovechamiento de los residuos agroalimentarios en instalaciones a pequeña escala para autoconsumo energético. El reto de este proyecto es influir en las políticas energéticas de los estados miembros de la Unión Europea con el fin de que se conciencien de las ventajas de utilizar estos modelos sostenibles de producción de energía.