18/01/15
Fibra de coco, un sustrato agrícola con gran potencial
Antes de nada, hay que recordar algo del cultivo hidropónico. Aunque en el anterior artículo tienes bastante información al respecto, hay que diferenciar entre lo que sería el tipo hidropónico en el que intervienen sustratos, como la fibra de coco, por ejemplo, y aquellos cultivos que son hidropónicos puros. Es decir, aquellos cuyas raíces están desnudas y circula un “caldo” compuesto por agua y fertilizantes. La raíz absorbe lo que considere necesario y el resto se recicla.
Una aplicación de este tipo de sustrato, como también lo sería la lana de roca, la perlita, la arcilla expandida, el poliestireno expandido, etc. puede ser para el primer tipo de cultivo hidropónico, o para mesas de cultivo, macetas o sistemas donde se requiera una buena capacidad de retención de agua y que ocupe poco peso.
Bueno, no vayamos a adelantar aconticimientos hablando sobre su potencial. Vamos a ir poco a poco.
La fibra de coco es…fibra de coco
No hay que irse por las ramas. La fibra de coco no es un material extraño que sufra ningún proceso raro de preparación. Simplemente son los pelos que se encuentran en la cáscara del coco y que no tenían ningún uso particular.
En el mundo hay muchísimos países donde se cultiva el coco para alimentación. Por eso, las cantidades de fibra de coco que se pueden generar eran muy amplios. Antes se desechaban sin más, pero llegó alguien (lo mismo hay que irse cientos o miles de años atrás) quien dijo que esas fibras se tenían que aprovechar para algo, y ese “algo” era la agricultura.
Distintos tipos de fibras
Por otro lado, también se puede elegir entre una variedad de fibras de coco, ya sean más largas, más cortas, etc. Tienen distintas aplicaciones y cada uno está indicado para según que cultivo y qué condiciones:
Coco fino: para semilleros y esquejes, donde las raíces son muy pequeñas y débiles.
Como estándar: se puede utilizar para jardineras, macetas o cualquier otro medio.
Coco grueso: para plantas grandes, acolchado de jardines y demás.
El sustituto del sustrato tradicional
Poco a poco, la fibra de coco fue sustituyendo y remplazando los sustratos tradicionales compuestos de turba. Esto fue así porque este elemento ofrecía una mayor precocidad para plantas sanas, tiene un gran poder de retención (tanto minerales como agua) y es un perfecto acolchado.
Si nos ponemos a calcular, cada coco contiene alrededor de 125 gramos de fibras. Sin embargo hay algunos subproductos (bueno, subproducto del subproducto) que también se utilizan. Dichas fibras, las buenas, están formadas por pelos bastante largos. Sin embargo, en el proceso de extracción se forman fibras de menos de 2 mm de longitud, así como un polvillo de coco.
Lo que nosotros conocemos como fibra de coco y lo aplicamos como sustrato para nuestras plantas es la mezcla de dicho polvo y las fibras pequeñas. Las largas se utilizan para otros menesteres como funda de colchones o asientos, cuerdas, etc.
Características de la fibra de coco
Estas son algunas de las características físicas y químicas que nos ofrece este sustrato:
pH: 5,5-6,5
Conductividad eléctrica: < 0,8="" ms/cm="">
Porcentaje de aireación: 10-40 %
Capacidad de retención de agua: 25-50 %
CIC (capacidad de intercambio catiónico): 70-100 meq/100 g
C/N (relación carbono nitrógeno): 80:1
Contenido en celulosa: 20-30 %
Un problema a solucionar, la salinidad
Uno de los principales problemas que presenta la fibra de coco es su contenido en sales. Piensa que el cultivo del cocotero se hace en zonas costeras, azotadas por vientos salinos, brisas y demás. Al final, esas fibras del coco contenían una gran cantidad de sales que podían pasar al cultivo si se utilizaba como sustrato.
La solución al problema consiste en “bañar” la fibra de coco en piscinas naturales, antes y después de su triturado.
Pero vamos, nada que preocuparse. A no ser que seas tu mismo/a el encargado de recoger de forma natural las fibras del coco, los sustratos que puedes adquirir en un montón de tiendas ya van limpios de sales y demás.
Ventajas y desventajas
Siempre que hablamos de algún material como este, (también lo hemos hecho con el compost y el vermicompost), nos gusta poner las ventajas y las desventajas. Vamos a verlas:
Ventajas
Es un subproducto natural y orgánico procedente del coco. No contamina ni consume energía.
Tiene una gran capacidad de aireación y retención de agua.
Se puede escoger entre varias granulometrías (como hemos visto) según lo que cultivemos.
Tiene un pH estable, entre 5,5 y 6,5.
Ofrece una rápida respuesta cuando se pretende corregir una carencia mineral.
Se rehidrata fácilmente, por lo que la respuesta al estrés hídrico es rápida.
Retiene nutrientes con gran facilidad, y los libera de forma progresiva (capacidad de intercambio catiónico).
Desventajas
Se ha de solucionar el problema de la salinidad.
Puede ser más caro que otros sustratos (aunque con agua se expande y hay mucha superficie de cultivo).
Dependiendo de la calidad del agua, puede retener con facilidad sales.
No aporta tantos elementos minerales como otros sustratos.
¿Y si el éxito radica en saberlo mezclar con otros sustratos? Coger lo mejor de cada uno y unirlos. Por ejemplo, la fibra de coco y el humus rico en nutrientes. Esto sería ideal cuando manipulamos pocas cantidades, sobre todo para macetas, mesas de cultivo o cosas así.
Cultivo en suelo mediante fibra de coco
Es algo novedoso y bastante raro de ver. Consiste en disponer la fibra de coco directamente en el suelo, y es apropiado cuando tenemos un suelo muy pesado (mal drenaje). Claro, si está en un invernadero poco se puede hacer, por eso lo eficaz de este “experimento”. Os ponemos un vídeo donde se ve al 100 % el sistema: