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Marta García

15/07/14

Flexibilidad en las nuevas normas sobre agricultura orgánica

Los titulares europeos de Agricultura debaten la propuesta de la Comisión Europea (CE) para revisar la legislación sobre agricultura “bio”, un asunto considerado prioritario por Italia, país que ejerce la presidencia de turno de la UE este semestre.

“Nosotros pedimos un margen de flexibilidad y que las excepciones que la CE quiere reducir al mínimo, no sean tantas”, dijo García Tejerina a su llegada a la reunión.

La ministra destacó que este tipo de producción “para España es muy importante”, ya que el país cuenta con más de 1.800.000 hectáreas dedicadas a esta agricultura y los productos ecológicos españoles tienen “importantes mercados exteriores”.

García Tejerina dijo que España pide “primero flexibilidad” y explicó que el Ejecutivo comunitario plantea reducir un importante número de excepciones existentes, incluida la posibilidad de tener en una misma explotación terrenos dedicados a la agricultura convencional y a la agricultura ecológica.

En adelante, los productores tendrían que optar por un tipo u otro de cultivo.

Esa eliminación “pondría a muchas explotaciones que se dedican a la agricultura ecológica en serias dificultades”, dijo la ministra.

Precisó, por otro lado, que España agradece que “igual que se exige el nivel que se exige a la producción ecológica europea, se impongan también requisitos altos para las importaciones y compitamos en igualdad”.

Asimismo, defendió un sistema de control que sea efectivo pero que, “al igual que con las excepciones dadas (…) permita también a los agricultores y ganaderos en la práctica mantener su actividad”.

El pasado marzo, la CE presentó nuevas normas y una estrategia a favor de la agricultura orgánica, con el objetivo de impulsar los cultivos “bio” y reforzar la confianza del consumidor.

Bruselas propone actualizar la legislación vigente, que data de 2007, para adaptarla a la expansión del mercado de este tipo de productos.

Ese crecimiento, sin embargo, no se ha visto acompañado de un aumento equivalente en la producción ni la superficie dedicada a este tipo de agricultura.

La CE cree que esta situación podría limitar la expansión del mercado bio europeo y de los beneficios medioambientales asociados a esa agricultura.

Por ello, quiere reforzar las normas tanto para los productos europeos como para los importados, aumentar los controles, y facilitar a los pequeños productores la posibilidad de dedicarse a ese tipo de cultivos.

Asimismo, la UE pretende impulsar la transparencia, simplificar la legislación y reducir costes administrativos.

En Europa hay más de 186.000 producciones ecológicas, que ocupan unas 9,6 millones de hectáreas, es decir, el 5,4 % del total de la superficie agrícola.