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M.ª Paz Ferrer

08/09/15

Gestión del agua y los fertilizantes como garantía de la seguridad alimentaria y la conservación de los ecosistemas

Para explicar de qué manera se puede optimizar la relación agua-fertilizantes, especialistas de la International Fertilizer Industry Association (Asociación Internacional de la Industria de Fertilizantes) han publicado el informe Managing Water and Fertilizer for Sustainable Agricultural Intensification (Gestión del agua y los fertilizantes para una intensificación agrícola sostenible).

Para resumir los principales contenidos del documento, los expertos de la asociación internacional han elaborado una infografía en la que se destaca que el papel que tanto el agua como los fertilizantes juegan en las explotaciones agrícolas es crítico y dependiente el uno del otro. «La influencia de los fertilizantes en el rendimiento depende del agua disponible para los cultivos, y el impacto del agua sobre el rendimiento depende de la disponibilidad de nutrientes para los cultivos», destaca la infografía.

Algunas cifras de interés:

- Se necesitan 3000 litros de agua al día para producir alimentos para una sola persona.

- La agricultura es responsable del 70 % del agua que se utiliza en el mundo.

- El 50 % de los alimentos cultivados se deben al uso de fertilizantes.

- Cada año se emplean 180 millones de toneladas de fertilizantes.

¿De qué manera se puede sincronizar una óptima gestión del agua con una adecuada gestión de los fertilizantes para contribuir a la seguridad alimentaria, la nutrición, la rentabilidad de los agricultores y la protección de los ecosistemas?

Para alcanzar este objetivo, hay que seguir los cuatro principios de la adecuada gestión de los nutrientes, los conocidos como las «4R» por su terminología en inglés:

- Right Source;

- Right Rate;

- Right Time;

- Right Place.

Estos cuatro principios aluden a cuatro factores que hay que combinar adecuadamente para lograr una gestión «correcta» (right, en inglés) de los nutrientes:

- Fuentes correctas de nutrientes.

- Dosis adecuada.

- En el momento oportuno.

- En el lugar correcto.

Además de ser fiel a este cuarteto de premisas, también se requiere una adecuada gestión del agua con el fin de incrementar la productividad de este bien escaso y reducir la pérdida de nutrientes. Del mismo modo, es necesario gestionar los suelos con criterio para mantenerlos sanos de manera que puedan suministrar el agua y los nutrientes que necesitan los cultivos. A esto hay que sumar la mejora de los cultivos mediante la creación de distintas variedades de plantas con mayor capacidad para usar el agua y eficacia en el uso de nutrientes.

¿Qué puede ayudar a lograr todo esto?

El desarrollo de investigaciones integradas sobre el agua y la fertilidad del suelo puede ayudar a avanzar en la consecución de algunos de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) como son la erradicación de la pobreza y la mejora del uso eficiente del agua.

Además, la adopción de mejores prácticas de gestión puede resultar en la construcción de capacidades sobre la gestión del agua, el suelo y tecnologías como la fertirrigación, la agricultura de precisión y la agricultura de conservación.

Reformas políticas e incentivos también pueden actuar de impulsores para que los agricultores realicen un uso eficiente tanto del agua como de los fertilizantes.

«Cuando la gestión del agua y los fertilizantes es optimizada y sincronizada, mejorarán considerablemente la producción, la rentabilidad y la eficiencia de los recursos», concluye la infografía.