23/10/14
Identificados siete nuevos universos de consumo
Los siete universos de consumo detectados son:
Los Primitistas, consumidores que demandan productos de calidad que se presenten puros, sin artificio, casi primitivos, y de empresas serias que sean cautas a la hora de alabar las virtudes de sus productos.
Los Mixturales, caracterizados por una personalidad con un espíritu crítico y reaccionario contra lo establecido.
Los Elaboradores, consumidores que se mueven por hobbies o proyectos. Por ejemplo, la repostería, la jardinería, la fotografía o la restauración de muebles y que se exprimen a través de la elaboración de los alimentos mezclando sabores y olores.
Los Supervivientes, personas nómadas, sin apego material, que se mueven con facilidad según se van presentando los cambios, un tipo de personalidad que surge del fin del concepto “empleo y sueldo garantizados”.
Los Ensoñadores, una personalidad que busca evadirse de los problemas sociales, económicos, políticos o medioambientales que no quiere que le afecten y tiene una actitud autocomplaciente.
Los Supersanos, que aprecian la potencialidad botánica inherente de algunos ingredientes con propiedades funcionales naturales (llamados superfood o super alimentos), combinada con los rasgos fuertes de la estética deportiva.
Los Irreprochables, una personalidad que necesita liberar su conciencia, sentir que contribuye a un mundo mejor a través de un consumo responsable que evite reproches y haga sentirse bien consigo mismo.
Surgenia, que ha participado en la jornada #Anticipa2 dinamizada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha diseccionado los cambios sociales, económicos, tecnológicos y políticos que influyen en el consumo, la producción y comercialización de productos agroalimentarios.
A partir de este análisis, se detallan los cambios en la estructura de las familias a tener en cuenta por las empresas para diferenciar sus productos, así como las tendencias de diseño útiles para conectar con las nuevas tipologías de consumidores detectadas. Para cada uno de los siete universos de consumo definidos, se analizan las herramientas del diseño - materiales, formatos de envase, colores, tipografías, estilos de imágenes o mensajes - de las que las empresas pueden servirse para alinearse con estas tendencias. De esta forma, podrán conectar con las nuevas tipologías de consumidores y aprovechar las oportunidades que el futuro ofrece al sector.
Al producirse la mayor parte del consumo alimentario en el seno de la familia, el estudio analiza los cambios que éstas van a experimentar en los próximos años: aparecerán nuevas formas de consumir los productos y nuevas motivaciones que llevarán a la compra.
Las empresas del sector, por ejemplo, tendrán que tener cada vez más en cuenta el envejecimiento de la población, el incremento de los consumidores de tercera y cuarta edad con necesidades específicas en cuanto a tipologías de productos, características de los envases o incluso de los espacios comerciales en los que llevan a cabo sus compras. También aumentará en número e importancia la generación de los millennials, jóvenes entre 18 y 33 años, que tienen una relación peculiar con las marcas y una forma específica de consumir y comprar. Además, está cambiando la estructura del hogar: en España el 55% de los hogares están compuestos por una o dos personas; la inestabilidad en el empleo está generando hogares unipersonales entre semana (cuando es necesario residir en el lugar de trabajo) y compartidos durante los fines de semana (cuando las parejas tienen la posibilidad de estar juntas); e incluso los hogares “tradicionales” experimentan más movilidad debido a la necesidad de sincronizar los horarios de trabajo de los padres con los horarios escolares y extraescolares de los hijos.
También se habla de las migraciones – de españoles hacia el extranjero y de extranjeros hacia España, con sus efectos en la alimentación. El turismo experiencial es otro factor de cambio cuyo análisis puede abrir un interesante abanico de posibilidades a las empresas agroalimentarias. Siguen la relación entre alimentación, deporte y salud; la preocupación por la obesidad, en especial infantil; la sensibilidad por un crecimiento responsable; la progresiva polarización de las rentas; los avances de las tecnologías alimentarias; las novedades tecnológicas aplicables a la vida diaria; y los avances de la sociedad de la información.