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Miguel HGL

25/05/14

La acuicultura sigue en auge con un récord histórico de más de 90 millones de toneladas en 2012

Así, la producción mundial de la pesca de captura marina se mantuvo estable en torno a los 80 millones de toneladas en 2012, mientras que la producción mundial de la acuicultura marcó un récord histórico de más de 90 millones de toneladas en 2012, incluyendo casi 24 millones de toneladas de plantas acuáticas. China representó más del 60 por ciento de la cuota total.

FAO destaca, así, las bondades de la acuicultura: “su expansión contribuye a mejorar la dieta de muchas personas, especialmente en las zonas rurales pobres, donde la presencia de nutrientes esenciales en los alimentos es a menudo escasa” a lo que añade que “el cultivo de peces encierra grandes posibilidades para responder a la creciente demanda de alimentos que se deriva del crecimiento geográfico”.

Sin embargo, y a pesar de que se confirma por parte de FAO que “hoy en día más personas que nunca dependen de la pesca y la acuicultura para obtener alimentos e ingresos”, advierte también de que “las prácticas nocivas y la mala gestión amenazan la sostenibilidad del sector”. Y en este sentido, se añade que para que, en el caso de la acuicultura, y para que éat pueda seguir creciendo de manera sostenible, “ha de ser menos dependiente de los peces en libertad para los piensos e introducir una mayor diversidad en especies y prácticas en las explotaciones acuícolas”.

LA IMPORTANCIA DEL PESCADO

Destacan también entre otras cifras del informe que el pescado representa en la actualidad casi el 17 por ciento de la ingesta de proteínas de la población mundial -porcentaje que en algunos países costeros e insulares puede superar el 70 por ciento- o que el consumo per cápita de pescado se ha disparado de los 10 kg en la década de 1960 a más de 19 kg en 2012.

La Organización de la ONU también estima que la pesca y la acuicultura sostienen los medios de subsistencia de entre el 10 al 12 por ciento de la población mundial; y que desde 1990, el empleo en el sector ha crecido a un ritmo más rápido que la población mundial: en 2012 dio empleo a unos 60 millones de personas dedicadas a la pesca de captura y a las actividades acuícolas; de ellas, un 84 por ciento trabajaban en Asia, seguida de África con alrededor del 10 por ciento.

El pescado, también apunta el informe, sigue siendo uno de los productos alimentarios más comercializados en todo el mundo, por un valor de casi 130.000 millones dólares en 2012, “cifra que es probable que continúe aumentando”.

Una tendencia importante es el aumento de la participación de los países en desarrollo en el comercio pesquero: el 54 por ciento de las exportaciones totales de pesca en función de su valor en 2012 y más del 60 por ciento por volumen (peso vivo). “Esto significa que la pesca y la piscicultura están desempeñando un papel cada vez más importante para muchas economías locales. Alrededor del 90 por ciento de los pescadores lo son en pequeña escala y se estima que, en total, un 15 por ciento son mujeres”. En las actividades secundarias -como el procesamiento-, esta cifra puede elevarse al 90 por ciento.

CRECIMIENTO AZUL

La FAO promueve también el “crecimiento azul " como marco para una gestión sostenible y atenta a las cuestiones socioeconómicas de océanos y humedales.

"La salud de nuestro planeta, así como nuestra propia salud y el futuro de la seguridad alimentaria, depende de cómo tratemos el mundo azul", aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva. "Tenemos que asegurarnos de que el bienestar del medio ambiente es compatible con el bienestar humano, a fin de que la prosperidad sostenible a largo plazo sea una realidad para todos. Por esta razón, la FAO se ha comprometido a promover el ‘crecimiento azul’, que se basa en la gestión sostenible y responsable de los recursos acuáticos". Este renovado interés en el denominado "mundo azul", señalan desde FAO, se produce cuando la proporción de la producción pesquera utilizada por los seres humanos para alimentarse ha aumentado desde alrededor del 70 por ciento en la década de 1980 a un nivel récord de más del 85 por ciento (136 millones de toneladas) en 2012.