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Marta García

08/01/15

La agricultura urbana: ¿Una profesión de futuro?

En 2050 se estima que tres cuartas partes de la población mundial vivirá en ciudades, con los consiguientes problemas de contaminación, gestión de residuos y abastecimiento alimentario, a los cuales los huertos urbanos pueden aportar soluciones.

Los expertos resaltan también los beneficios sociales que estos huertos ofrecen y que hasta ahora el mercado no ha valorado. Sin olvidar las posibilidades existentes para su implantación mediante el aprovechamiento de solares que han quedado en desuso a raíz de la crisis inmobiliaria.

“Tomates” en la azotea

Una mención especial merece el hotel Wellington de Madrid, que tiene en su azotea el huerto más grande del mundo en su categoría. Cuenta ya con 14 parcelas de cultivo ecológico, en 300 metros cuadrados, en los que se pueden encontrar más de 35 variedades de plantas.

“Naturación urbana”

Existen diferentes iniciativas desarrolladas en el mundo académico en la naturación urbana, concepto que se refiere a la introducción de la naturaleza en las ciudades.

En Alemania, los incendios de tejados de madera llevaron a que se apostase por sustituirlos con cubiertas planas con sustratos vegetales. Asimismo, se han desarrollado ensayos con cultivos aprovechando el terreno en torno a los raíles de tranvías en la ciudad de Berlín.

Otra iniciativa relacionada con el transporte público ha sido la expuesta por Marc Grañén, creador del proyecto Phytokinetic, consistente en ajardinar las cubiertas de autobuses.

Huertos de ocio

Por otra parte, las experiencias existentes, como el programa de huertos de ocio puesta en marcha en 1988 en la zona del corredor del Henares (Madrid), han demostrado el interés existente en este tipo de terrenos, para cuyo arrendamiento en la actualidad existen listas de espera. Otras grandes ciudades, como Barcelona o Sevilla también se han significado por su apuesta por este tipo de agricultura urbana.

Sobre otras experiencias internacionales, son reseñables los casos de Toronto, donde ya obligatorio que todos los nuevos edificios tengan cubiertas verdes, los restaurantes de Nueva York que cuenta con invernaderos en sus terrazas o un huerto que se proyecta en la azotea de un hotel en Ciudad de Mexico para abastecer a sus cocinas.