04/03/14
La expansión del pistacho en España: Una inversión a medio/largo plazo
El incierto e inestable panorama que se cierne sobre algunos de nuestros cultivos tradicionales más representativos, el poder ser sustituidos o complementados por el pistachero y la creciente demanda en todos los mercados internacionales de este fruto seco, son factores que han conducido a esa superficie en poco más de una década.
El cultivo del pistacho en España continúa su imparable expansión, marca un récord de más de 6.000 hectáreas, principalmente en Castilla-La Mancha y Andalucía, y se perfila como alternativa rentable -se paga a unos 5 euros/kilo- frente a olivar, cereal, almendro o viña.
Así lo han explicado fuentes del sector agrario y cooperativo, que auguran una evolución favorable para las plantaciones de este fruto seco en los próximos años, que también se ha hecho un hueco en el paisaje de Cataluña y Extremadura.
Entre las ventajas, el pistachero está poco afectado por heladas -florece en abril-, es longevo y tiene un mercado asegurado para consumo directo, fruto secos tostado, pastelería y repostería, o para elaborar aceites para la industria cosmética y se ultiman los estudios que le den un nuevo uso energético.
Entre los obstáculos, la dificultad de la plantación en campo del pie o portainjerto, el largo proceso de crecimiento hasta que el árbol es productivo y el elevado coste del material vegetal.
Un árbol injertado puede costar 10 ó 12 euros, pero proliferan operadores que lo venden a 50, "un abuso terrible" para el sector.
Castilla-La Mancha es líder español con 4.000 hectáreas, 300 agricultores y 1 millón de kilos repartidos por Ciudad Real (Viso del Marqués, Valdepeñas, Piedrabuena, Cózar); Albacete (Balazote y Villarrobledo) y Toledo (Los Yébenes, Mazarambroz y Orgaz), según datos de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Sus agricultores acceden además, de forma gratuita, a las yemas para el injerto que proporciona el Centro Agrario "El Chaparrillo".
El auge del cultivo se hace evidente en la existencia de dos asociaciones de productores y empresas manchegas como la SAT de comercialización Pistamancha y tres industrias de transformación o manipulación del pistacho: SAT del Campo (Villacañas), SAT 378 CM Pistamancha (Tomelloso) y Horneados Vegetales S.A. (Manzanares).
Desde los servicios técnicos de Cooperativas Agro-alimentarias en esta Comunidad, Jesús Ángel Peñaranda Núñez ha explicado que cada vez son más las sociedades que apuestan por este cultivo, en buena parte ecológico, frente a otros tradicionales por su mayor rentabilidad y porque existe un déficit nacional de este fruto seco.
España aún está muy lejos de las grandes cifras de Irán (300.000 toneladas), EEUU (127.000 t), Turquía (40.000 t), Siria (39.000 t), China (26.000 t), Grecia (9.000 t), Italia (3.000 t), Afganistán (3.000 t) y Túnez (1.500 t), según Faostat, pero va ganando terreno.
Las primeras plantaciones manchegas tienen de 15 a 18 años, aunque el auténtico "boom" se produjo hace diez, ha subrayado José Antonio Garrido, técnico regional de Asaja, quien ha recordado que el cultivo "va a más", pese a que los propietarios deben esperar entre 7 ó 8 campañas hasta que el árbol aporta los frutos.
Garrido ha asegurado que la variedad "Kerman" se ha generalizado, se adapta bien a sus condiciones climáticas y aporta buenos calibres y un sabor "excelente", superiores incluso al pistacho de EEUU.
Para el técnico de Asaja, la producción española nunca cubrirá el consumo -España importa más de 12.000 toneladas al año-, por lo que tiene un mercado asegurado sólo con la demanda interna.
Los socios de la Cooperativa "Frutos Secos Manchuela" de Villamalea (Albacete) han plantado ya 200 hectáreas e incluso hay lista de espera en el campo para adquirir las codiciadas plantas, según ha comentado Vicente Carrasco, técnico de esta compañía.
Andalucía cuenta con alrededor de 1.000 hectáreas -principalmente Granada con 150 ha, y presente en la Sierra Norte de Sevilla y Cádiz, Almería, Córdoba, Jaén y Almería-, aunque se espera que la cifra se dispare en los próximos años.
Francisco García preside la Asociación de Productores de Pistacho de Andalucía, germen de la actual Sociedad Agraria de Transformación (SAT) "Pistachos de Andalucía" (Granada), con 25 agricultores y ambiciosos proyectos industriales y de comercialización.
Colaboran con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Junta de Andalucía, Universidad y Diputación de Granada en la búsqueda del mejor material genético a bajo coste, o incluso gratis para los agricultores, y que además adelante las cosechas.
Desde la SAT confían en comercializar en dos ó tres años y, en seis, tener capacidad para transformar y vender a la industria de bombones, turrones y helados, aunque para ello necesitarán 480.000 euros para comprar secadora, peladora o separadora láser.
Mientras eso llega, ultiman acuerdos con cooperativas manchegas, como las ciudadrealeñas Pistamancha y Quixacho, que ya cuentan con esta tecnología, para procesar y comercializar el fruto seco.
La firma catalana Foment Agrícola de Les Garrigues se nutre de 150 hectáreas de las 350 que aproximadamente hay en la región y comercializa "del campo a la mesa" pistachos para consumo en fresco o transformado para pastelería, chocolatería y alimentación, con una facturación que supera los 2 millones de euros, gracias en parte a la exportación en el segmento "gourmet" o "delicatessen".
Según ha detallado su gerente, Joan Altet, Alemania, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Suiza y Bélgica son algunos de sus destinos y "la expansión del cultivo continuará" imparable en España.