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Daniel Martínez

15/12/14

La Farm Bill estadounidense, ejemplo de fomento de la productividad agrícola (frente a la PAC europea)

Este asunto ha sido analizado por Joaquín Olona, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Aragón, Navarra y País Vasco. Días atrás impartía una conferencia en Zaragoza con el título "El desarrollo de las estructuras agrarias, la deuda pendiente de la PAC: Amenazas y debilidades frente a la Política Agraria de Estados Unidos (Farm Bill)".

Una de las principales conclusiones que se puede extraer del estudio realizado por Joaquín Olona es que la productividad agrícola está en crecimiento continuo en Estados Unidos, mientras que España ofrece un perfil desfavorable. Precisamente la productividad es la que determina la renta agraria, con un comportamiento mucho más favorable en Estados Unidos que en Europa y España.

El decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos detalla de forma esquemática de qué depende la productividad agrícola y la renta agraria:

- De la estructura agraria: Explotaciones, infraestructura colectiva y servicios públicos, financiación, formación, Investigación + Desarrollo, transferencia, legislación, costumbres, organización representativa y asociativa,...

- De los mercados.

- De la competitividad.

- Y de la política aplicada.

Joaquín Olona repasa algunos pasajes de la Historia de los Estados Unidos. El nacimiento de la Farm Bill, con el presidente Franklin Delano Roosevelt, se debe al caos financiero derivado del crack del 29 y a la bancarrota vivida por los agricultores (al carecer de valor sus tierras como consecuencia de la sequía y de las malas prácticas agrícolas).

Nacía la Ley Agrícola, que se va renovando cada cinco años. Hoy la Casa Blanca defiende la Farm Bill porque "fortalece la economía de los Estados Unidos". Detalla algunos porqués:

- Reduce el déficil comercial.

- Genera 35 dólares por cada dólar invertido.

- Promueve el desarrollo económico local.

- Los agricultores permanecen en sus tierras.

- Protege los campos, los bosques y las aguas, creando nuevas oportunidades recreativas y turísticas.

La dialéctica es clara: Pagos directos desacoplados, que sigue siendo el paradigma vigente internacional (es la apuesta de la nueva PAC europea); o, por el contrario, lo que propugna la Farm Bill, en el sentido de apoyar los productos básicos mediante mecanismos de soporte de precios e ingresos reforzados por los seguros.

Joaquín Olona anuncia que "cabe esperar un significativo incremento productivo en Estados Unidos, con posibles efectos desfavorables para los productores europeos".

Algunos detalles más:

"Con la nueva Farm Bill 2014 los agricultores pueden elegir entre una Cobertura de Pérdidas por Precios o una Cobertura de Riesgos Agrícolas. Ambos programas cubren la producción de cereales, oleaginosas, cacahuetes y, sólo de forma transitoria, algodón. Los pagos están limitados a 125.000 dólares por agricultor activo, pudiéndose considerar como tales ambos cónyuges.

Es la ayuda alimentaria, destinada a los propios estadounidenses con menos recursos, el programa que concentra la mayor parte del presupuesto agrícola (casi el 80 por ciento). Este hecho ha resultado esencial para lograr la aprobación por parte del Congreso de la nueva Farm Bill, dotada con 488.631 millones de dólares para el periodo 2014-2018 (y eso que los agricultores suponen menos del 1 por ciento de la población activa de Estados Unidos)".