12/01/15
La importancia de lo rural
En Andalucía no se ha abandonado ni un sólo pueblo. Las imágenes fantasmagóricas de casas derruidas tras el éxodo de la población del pueblo a la ciudad, propia de tiempos de crisis, no ha hecho mella en Andalucía donde, además se ha invertido esa tendencia y muchos jóvenes regresan a sus pueblos de origen después de su etapa formativa en las grandes urbes. La ciudad no ofrece en muchas ocasiones posibilidades a una juventud que ha encontrado un filón en su espacio más local, donde nacieron y se criaron, con una oferta de ayudas para desarrollar nuevas empresas gracias a los programas de desarrollo rural.
Hace 23 años, cuando comenzaron a invertirse en los territorios rurales andaluces los fondos de los primeros programas de desarrollo procedentes de Europa, los Proder y Leader, la situación del campo andaluz no tenía nada que ver con la realidad actual. Gracias a esas inversiones los pueblos han convergido con las ciudades en equipamientos sociales y la cobertura de necesidades ciudadanas. Gracias a ello la calidad de vida que se puede tener hoy en día en un pueblo andaluz no ofrece una brecha con la vida en los territorios urbanos.
Un aspecto crucial para esta consolidación de la calidad de vida rural ha sido la posibilidad de crear un tejido empresarial capaz de ofrecer salida laboral a su población. Algo que se ha logrado a través del apoyo de los Grupos de Desarrollo Rural diseminados por las comarcas andaluzas, que han ofrecido subvenciones a fondo perdido para la creación de empresas rurales. Este apoyo incondicional a los emprendedores rurales ha tenido además un retorno de la inversión por parte de esos nuevos empresarios, que han arriesgado su capital para convertir sus ideas en empresas. Y ese retorno se puede cuantificar: de una inversión total de 1.750.003.469 euros, el 60% (1.049.285.713 euros) ha sido aportado por el sector privado.
Esta inversión en el mundo rural se ha traducido en miles de iniciativas empresariales que han supuesto más de 42.000 puestos de trabajo en estas más de dos décadas de políticas rurales. Otro dato significativo es que los programas rurales son, con diferencia, las iniciativas que mayor número de empresas han creado en Andalucía durante los últimos años: más de 3.700 empresas rurales.
El último de los programas de desarrollo, bautizado con el nombre de LíderA, que concluye en junio de este año, es el que ha generado más empleos en las zonas rurales; con más de 17.500 puestos de trabajo y 6.000 proyectos.
A tan sólo unos meses de que concluya el programa LíderA (2009-2015), el presidente de la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía (ARA), José Luis Bergillos ha hecho balance de esta etapa indicando que "el enfoque LEADER ha movilizado un volumen considerable de capital privado, que ha supuesto un importante impulso para el mantenimiento y la viabilidad de los territorios". Bergillos ha destacado su "contribución a la creación de empresas y empleo", y de forma muy específica empleo destinado a mujeres y personas menores de 35 años, hecho de especial relevancia para asegurar la vitalidad demográfica y económica.
Una de las claves del LiderA ha sido que los proyectos apoyados por los GDR son más pequeños pero llegan a más personas. En cifras, la inversión media por proyecto es de 88.300 euros mientras que la subvención es de 36.300 euros. La subvención media por empleo generado asciende a 11.333 euros mientras que la media de inversión privada por euro de subvención es de 1,40 € .
Y detrás de las cifras y los datos estadísticos, las personas: jóvenes que ven en sus pueblos una oportunidad de trabajo, mujeres que desarrollan sus iniciativas en entornos empresariales más favorables y una población rural que ha logrado mejorar equipamientos y servicios.