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Blanca Perez

07/07/15

La polinización de las abejas deja 114 millones de euros anuales en los campos de Valencia

Así lo reitera la organización ecologista Greenpeace en su informe 'Alimentos bajo amenaza', un estudio na­cio­nal cuyos datos referidos a la Co­munitat Valen­cia­na serán pre­sen­tados por primera vez en el trans­curso de la jornada 'Las abe­jas son la solución', que se celebrará en Valencia el próximo 10 de julio y que se espera con­gregue a más de 300 apicultores, agricultores y a ciudadanos en general, pues lo que se pretende es valorizar a este insecto, clave para el mantenimiento del ecosistema y de la propia producción agraria.

A ésos 114 millones estimados por Greenpeace cabría sumar la riqueza generada a partir de la co­mer­cialización de la miel pues no en vano la valenciana es la se­gun­da región española, tras Andalucía, con mayor número de explota­cio­nes apí­colas, la inmensa ma­yo­ría de ellas de carácter trashumante. Con todo, la pro­gresiva reducción de la población de abejas, alimentada también por las restricciones a esta ac­ti­vidad ganadera, mengua cada año la producción agrícola valenciana, lo que se refleja también en los pro­ble­mas cre­­cientes de cuajado que sufre el sector frutícola que, a su vez, provocan que se tenga que re­cu­rrir cada año a más tra­ta­mientos fitosanitarios para intentar atenuarlos.

Más concretamente y volviendo al informe de la organización ecologista, la acción de las abejas y otros insectos su­po­ne directamente el 8,8% del valor económico glo­bal (ratio de vulnerabilidad) de los principales cultivos de la Comunitat (calculados según los precios en origen mul­ti­pli­cados por el vo­lu­men de producción de las estadísticas oficiales). Sin embargo, el mencionado ratio no re­vela la situación crítica de dependencia de determinados cultivos, donde destaca la vulnerabilidad del sec­­tor de los frutos secos, que alcanza un 58,1% (19 millones de euros dependen de la polinización de los in­sec­tos), el cuarto más alto para este sector en el conjunto de España, o el del sector hortícola con un 17,5% (34 millones) o el fru­tí­co­la, del 6,6% (60,3 millones). De hecho, hasta el 70% de los cultivos para consumo directo humano que se pro­ducen en la Comunitat depende en mayor o menor medida de la polinización por insectos. Hasta los cítricos, uno de los cultivos que menos depende de las abejas, podrían su­frir una caída de la cosecha de hasta el 10% sin ellas.

A nivel nacional, el valor generado por la polinización realizada por los insectos en la agricultura sumaría 2.401 millones de euros, el 11,1% de la facturación en origen de los principales cultivos españoles, que en global suponen 21.653 millones (1.302 millones en la Comunitat). "El estudio se ha realizado bajo criterios conservadores, por lo que la cifra total del valor económico agrario que depende de la polinización de los insectos es seguramente su­perior" explica Luis Fe­rrei­rim, responsable de Agricultura de Greenpeace-España y ponente de la jornada 'Las abejas son la so­lu­ción'-. "Lo que es incuestionable es que la diversidad y riqueza nutricional de la ali­mentación humana de­pen­de en gran medida de los polinizadores y todos los da­tos apuntan a que las po­blaciones de abejas y otros in­sec­tos polinizadores se están reduciendo alar­man­te­mente", concluye.

El contenido de dicho informe será detallado en el transcurso de una jornada organizada por la Red Va­lenciana de Desarrollo Rural (Fevader), por LA UNIÓ de Llauradors y con la colaboración de la Asociación Española de Apicultores (AEA). El 'Encuentro en­tre apicultores y agricultores' que se celebrará el viernes pre­tende sentar las bases para un nue­vo modelo de convivencia entre ambos colectivos en el que todos -api­cultores, citricultores, pro­­­­ductores de fru­ta­les, de frutos secos y horticultores- se beneficien. Para ello se cuen­ta, ade­más de con Greenpeace, con la aportación de la propia LA UNIÓ de Llau­ra­dors, asociación agraria de re­fe­ren­cia y prin­ci­pal entidad representativa de los apicultores; con el tes­ti­mo­nio de uno de los ma­­yo­res pro­duc­tores apí­co­las de España, Apícola Cerdá Martínez; con la visión de Ase­das (la principal aso­cia­ción nacional de super­mer­cados) sobre cómo valorizar en los lineales la pro­duc­ción agraria más sos­te­ni­ble y con el res­pal­do aca­dé­mico de la Universidad de California, que aportará luz sobre una es­truc­­tura agra­­­­­­­ria -la de este Estado nor­­tea­me­ri­cano- levantada en un clima similar al me­di­te­rrá­neo, que también su­fre la despoblación de las abejas pero en la que la apicultura contribuye a mejorar la rentabilidad de ci­tri­cul­tores, pro­duc­to­res de fru­tales y de frutos secos.