06/11/14
Las medidas de ahorro energético reducen del 5 al 10% la huella de carbono en la agroganadería
La implantación de medidas de ahorro energético en las explotaciones agrícolas y ganaderas les permiten reducir entre un 5 y un 10% su huella de carbono, que es el indicador que refleja la cantidad de emisiones de gases efecto invernadero, responsables del cambio climático. Así lo ha asegurado a Efeagro el director ejecutivo de la empresa Solidforest, Rubén Jiménez, tras presentar los resultados de un estudio hecho en España sobre la huella de carbono en el mundo rural, a petición de la organización profesional agraria UPA. Dentro del proyecto, se han llevado a cabo durante tres años cálculos de huella de carbono de 130 productos agropecuarios -hortofrutícolas, sector aceitunero, vinícola, ganadero y cerealista- de 33 explotaciones de todo el país.
Tras realizar los primeros cálculos de huellas de carbono, Jiménez ha detallado que se les proponía a los agricultores y ganaderos medidas de ahorro energético, como cambio de calderas por calderas de biocombustible, instalaciones fotovoltaicas y mejora de los motores o de los sistemas eléctricos para reducir pérdidas.
Una vez implantadas dichas medidas, los técnicos aguardaban el tiempo suficiente para que la finca comenzase a trabajar con los nuevos sistemas para volver a medir la huella de carbono. En ese momento, según Jiménez, se demostraba esa reducción de la huella de carbono de entre un 5 y un 10 %, respecto al sistema productivo anterior.
Una reducción "interesante" pero menor que la que lograría el sector industrial
A su juicio, esa reducción es "interesante", aunque no "tan enorme" como podría conseguirse en el sector industrial o servicios. En ese sentido, ha detallado que si bien el sector ganadero tiene un consumo "importante" energético y eléctrico, supone una "pequeña parte" de las emisiones que genera.
De hecho, el estudio revela que, en el caso de la ganadería, las mayores emisiones de gases proceden del estiércol y la fermentación entérica de las cabezas de ganado. En la agricultura, la actividad que más aporta a la huella de carbono es la fertilización. Según el informe, la huella de carbono en las explotaciones ganaderas es superior a las explotaciones agrícolas.
De los diferentes productos estudiados, destaca que la colza, el algodón y el maíz generan más huella de carbono porque tienen un elevado uso de fertilizantes para los rendimientos productivos generados.
En cambio, las explotaciones de naranja o pimiento dejan una huella menor porque la ratio producción-fertilización está más equilibrada.
El subdirector de la Oficina Española de Cambio Climático, Eduardo González, ha señalado la necesidad de actuar con "urgencia" ante el cambio climático, un problema "global" que afecta a la sociedad actual y "a las próximas generaciones".
Ha hecho un llamamiento para que todos los países inviertan en mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, porque es "más rentable" que la "inacción" y "tener que soportar las consecuencias derivadas del cambio climático".
UPA ha propiciado este estudio para conocer la realidad y saber dónde actuar
Según ha mantenido durante la presentación del informe, UPA ha sido "proactiva" elaborando este proyecto, que permite "obtener información y datos para reducir la emisiones" en las explotaciones, que, a su vez, apostarán por una gestión de "mayor eficiencia y ahorro energético".
Por su parte, el coordinador técnico de UPA para este proyecto, Javier Alejandre, ha remarcado que la organización veía necesario este estudio que permitiera saber al sector en qué punto se encuentra en cuanto a la huella de carbono. "Queremos conocer los elementos de nuestra actividad productiva para ver qué afecta más al calentamiento global y ver dónde podemos actuar", ha indicado.
Alejandre espera que las conclusiones de este estudio sean tenidas en cuenta en el diseño de futuras políticas sobre medio ambiente y cambio climático.