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11/09/14

Los insecticidas, herbicidas y fungicidas tendrán origen vegetal

La Unión Europea (UE) está buscando la forma de sustituir el origen sintético en los productos agroquímicos, tales como insecticidas, herbicidas y fungicidas, por otro de origen vegetal.

El proyecto AGROCOS, financiado por la UE, está rastreando el mundo vegetal buscando sustitutivos naturales de los ingredientes sintéticos que se utilizan actualmente en productos agroquímicos.

Analizando moléculas naturales con el fin de descubrir una nueva generación de ingredientes naturales, AGROCOS pretende allanar el terreno a productos innovadores que respondan a las inquietudes de los consumidores acerca del impacto de los ingredientes sintéticos en su salud y en el medio ambiente.

El proyecto se inscribe en la estrategia de la UE de avanzar hacia una sociedad más basada en recursos biológicos renovables y sostenibles para satisfacer las necesidades tanto de los consumidores como de la industria.

El proyecto AGROCROS termina en este mes de septiembre, y los investigadores han reseñado hasta el momento treinta moléculas prometedoras que están siendo sometidas a ensayo por los socios comerciales del consorcio, la empresa griega Korres y la alemana BASF.

La compañía BASF está probando compuestos con propiedades insecticidas, fungicidas y herbicidas. Como consecuencia de la creciente demanda de alimentos orgánicos, hay una necesidad acuciante de desarrollar plaguicidas naturales que puedan utilizarse en los cultivos certificados como «orgánicos». Además, los sustitutivos naturales de los plaguicidas suelen ser menos tóxicos para las personas, el suelo y el medio ambiente en general. Suelen afectar únicamente a las plagas que son objetivo y los organismos conexos, sin poner en peligro a otros animales, y tienden a ser biodegradables.

La investigación de AGROCOS se basa en la «bioprospección», una técnica de exploración de especies para el hallazgo de compuestos valiosos. Para AGROCOS, esto significa cribar moléculas vegetales para determinar cuáles tienen las propiedades deseadas para los cosméticos y plaguicidas.

Un ejemplo

Para la comisaria europea de Investigación, Innovación y Ciencia, Máire Geoghegan-Quinn, “AGROCOS es un buen ejemplo de cómo la financiación de la UE puede inspirar la investigación innovadora que impulsa la competitividad, el crecimiento y el empleo en Europa, al tiempo que protege la salud humana y el medio ambiente. Seguiremos invirtiendo en este tipo de investigación e innovación en nuestro nuevo programa Horizonte 2020”, ha señalado.

3.600 extractos bioactivos

Además, AGROCOS ha creado un repertorio de 3.600 extractos bioactivos producidos a partir de unas 1.800 especies vegetales que pondrá al servicio de otros investigadores y empresas para que puedan consultarlo en busca de moléculas que puedan ser valiosas para la industria. El socio del proyecto BRUKER Biospin, con sede en Alemania, tiene previsto comercializar una herramienta desarrollada durante el proyecto para reseñar compuestos naturales conocidos en extractos vegetales.

El coordinador del proyecto, Leandros Skaltsounis, de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas, ha indicado que “esperamos contar con compuestos nuevos extraídos de los recursos que ofrece la biodiversidad mundial, a fin de ponerlos a disposición para que puedan utilizarse como nuevos ingredientes. En el campo de la agroquímica, esperamos que los prometedores compuestos sean el punto de partida de un desarrollo más especializado de agentes agroquímicos”.

El proyecto

El proyecto AGROCOS, que cuenta con 2,9 millones de euros de financiación de la UE, reúne a las empresas Korres, BASF y BRUKER Biospin, junto con seis centros de investigación y universidades de Francia, Grecia, Panamá, Suiza y Sudáfrica.

El proyecto recibió financiación en el marco del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Unión Europea (2007-2013).

El 1 de enero de 2014, la UE puso en marcha un nuevo programa de investigación e innovación denominado “Horizonte 2020”.

Durante los próximos siete años, se van a invertir casi 80.000 millones de euros en proyectos de investigación e innovación para respaldar la competitividad económica de Europa y ampliar las fronteras del conocimiento humano.

El presupuesto de investigación de la UE se centra principalmente en la mejora de la vida cotidiana en ámbitos como la salud, el medio ambiente, el transporte, los alimentos y la energía.