12/07/15
Los precios atacan a la industria láctea
Cada ganadero tiene de media en España 37 vacas. Hasta abril, calculaba la producción en función de las cuotas lácteas que estaban presentes desde hacía casi tres décadas. Pero este sistema se acabó. Y lo hizo en un contexto de caída continuada del precio. Si en marzo de 2014 se pagaban casi 38 céntimos de euro por litro, en el mismo mes de este año el importe era de 32,3 céntimos. La caída continúa y en mayo se situó en los 30,6 céntimos.
Este descenso prolongado y la atomización del sector lechero en España motivó una reunión que se produjo ayer en Madrid entre el Ministerio de Agricultura y la Organización Interprofesional Láctea (Inlac). El encuentro concluyó con el compromiso por parte de la ministra, Isabel García Tejerina, de crear una línea de ayudas iniciales de un millón de euros, aunque se puede ampliar en el futuro para la creación de organizaciones supraautonómicas de productores lácteos.
La propuesta del Gobierno, que no podrá estar disponible antes de septiembre ya que tiene que pasar por el Consejo de Estado, iría encaminada a concentrar el gran número de productores en asociaciones y cooperativas a través de las cuales se lleven a cabo las negociaciones de los precios y se acuerden las cantidades a producir. Precisamente este ha sido uno de los problemas que se han encontrado los ganaderos desde el final de las cuotas.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha criticado en diversas ocasiones la posición de inferioridad que tienen sus representados respecto a las marcas y distribuidores, mucho menos fragmentados, para negociar los precios desde el final de las cuotas lácteas. Por tanto, además de la caída de la demanda y el aumento de oferta tras la eliminación de las cuotas, subyace un desencuentro entre los productores y la industria, por eso los primeros solicitaron a Tejerina que se cree un arbitraje ante problemas entre las partes.
Las asociaciones del sector criticaron a la salida de la reunión que las propuestas del Gobierno, aunque aceptables, no son lo suficientemente rápidas. Así, la responsable de vacuno de COAG, Rosario Rosendo, afirmó que era un ofrecimiento “pobre” y que puede que funcione “a largo plazo”. En ello coincidieron el resto de las organizaciones de productores, que señalaron que es una situación “tremendamente complicada”, como afirmó Ramón Artime, de Asaja, o Román Santolalla, de UPA, quien señaló que es “el momento más grave en la historia del sector lácteo”.
La atomización ha sido seña de identidad en España desde hace años. Sin embargo, se ha producido un proceso paradójico . Se ha aumentado la producción en España, al igual que en otros países europeos, mientras se ha reducido drásticamente el número de explotaciones. A pesar de ello, el sector sigue muy fragmentado. A comienzos de 2014, último dato aportado por COAG, el sindicato de los ganaderos, había 854.726 cabezas de ganado —menos de la mitad que en 1986— divididas en 17.766 explotaciones.
A partir de la década de los noventa, se ha ido disminuyendo el número de explotaciones activas y las que han quedado han incrementado su intensificación. Sin embargo, según explica COAG en su anuario de 2014, esto ha repercutido en un aumento de los costes de producción y no en una mejora como se esperaba.
La atomización llega a situaciones como que Central Lechera Asturiana precise de 2.500 ganaderos distintos para recoger los 885 millones de litros necesarios para cubrir su producción. En el caso de otras empresas que no venden leche líquida sino derivados, como Danone o Nestlè, el número de explotaciones que necesitan para abastecerse se reduce a 400. Las marcas coinciden en señalar que los volúmenes que adquieren a los ganaderos no se han visto modificados por el final de las cuotas lácteas, al contrario de lo que argumentan los productores.
Galicia, la región en cabeza
Las tres compañías consultadas también tienen en común que compran toda la leche que necesitan para producir en España dentro de nuestras fronteras. La mayor parte de las explotaciones se encuentran en Galicia (51,15%), Asturias (12,62%) y Castilla y León (7,05%). Sin embargo, la cuota asignada para España era de 60 millones de toneladas cuando la demanda era de 90 millones, por lo que había que recurrir a comprar los excedentes de otros países. Para revertir esto, entre las propuestas de los productores estaba el estudio de alternativas para abrir nuevos mercados hacia los que exportar la producción española, algo que la ministra asumió como una de las “prioridades” de su gabinete.
Entre los acuerdos alcanzados se encuentra la creación de líneas de créditos para las explotaciones ganaderas que no sean rentables. Sin embargo, todavía no se ha concretado en las condiciones específicas para poder acceder a ellos. Los productores entienden que con los precios que actualmente hay y con las inversiones que se han hecho para modificar su producción hacia una más intensiva, es más complicado ser rentable.
Por ello, COAG viene solicitando que se logre una “adecuada” rentabilidad que permita la viabilidad de las explotaciones lácteas cubriendo los costes de producción. Su propuesta pasa por analizar y estudiar los márgenes de beneficio frente a los márgenes comerciales en toda la cadena agroalimentaria. En primavera, ante el fin de las cuotas lácteas, acusaron a las marcas de pagar precios por debajo incluso de los 30 céntimos, algo que las empresas negaron.