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Pero, ¿la población conoce realmente cómo funciona el sector? Luis Méndez, ingeniero agrónomo de Asaja, destaca, entre otros muchos problemas, la falta de información a consumidores y agricultores. Y es que no todos conocen los beneficios de estos alimentos ni las ventajas que ofrecen desde el punto de vista medioambiental y laboral.

También hay trabajadores agrícolas que no están formados en la materia y creen que trabajar la agricultura ecológica pasa sólo por no echar productos químicos a la tierra, "es algo más complejo y hay que saber bien lo que se hace", cuenta Méndez. Actualmente, la profesionalización del sector es un reto.

A diferencia de países como Alemania o el Reino Unido, que tienen más cultura de consumo de productos "bío", España se caracteriza por la falta de información que tiene el consumidor, desconoce los casos y, como consecuencia, los comerciantes se han aprovechado de que las normas para la agricultura ecológica no estén del todo regladas. Ahora existe la Eurohoja, un distintivo a nivel europeo que avala los productos ecológicos.

Otro problema reside en los escasos puntos de comercialización de estos alimentos. Según Asaja, lo ideal sería la existencia de estanterías de productos locales y ecológicos en todos los supermercados, incluidos los de grandes cadenas. "El consumidor no siempre va a tener tiempo para desplazarse a un mercadillo concreto que se monta un sábado determinado al mes, los productos tienen que ser accesibles", cuenta Luis Méndez.

Otra preocupación del sector es el poco consumo local de estos productos, casi el total de la producción sale de España. «"Muchos productos de Málaga se exportan a Reino Unido y Alemania, el aguacate se exporta a toda Europa, rozando el 90% de la producción, y el 100% del mango sale de España", detalla Méndez. Concretamente, son países en los que la producción ecológica está más arraigada.

El mismo estudio de la Secretaría General del Medio Rural detalla que en Andalucía existen 806.726,55 hectáreas de producción ecológica. Se mantiene como la comunidad con mayor superficie certificada del territorio español (50,10%), aunque se aprecia un descenso de un 15% respecto al último año, lo que significa la primera bajada significativa del sector desde sus inicios.

En concreto, Málaga tiene 31.957,48 hectáreas certificadas y junto a Cádiz y Jaén son las únicas provincias que han aumentado, de forma ligera, su superficie.

Los cultivos líderes en Málaga son el olivar con 2.621 hectáreas y los frutos secos con 1.280. En estos dos casos también ha disminuido la superficie respecto a campañas anteriores. Los cítricos, con 1.135,68 hectáreas, también han frenado su ascenso de los últimos años, pero Málaga es la provincia con mayor superficie certificada por delante de Almería y Huelva.

En cultivos subtropicales, Málaga es referente en el territorio andaluz. Sin embargo, en el último año se ha registrado una bajada del 30%, cifra que desde Asaja ven "clave para entender los problemas a los que se enfrenta la producción ecológica". En la zona de la Axarquía se concentra la mayor parte de producción de fruta tropical y subtropical ecológica, aunque también se está extendiendo por el Valle del Guadalhorce y la Costa Occidental.

De este modo, al año en la provincia se comercializan unos 600.000 kilos de aguacates y 900 toneladas de mango, con lo que se alcanza el 70% de la producción ecológica de subtropicales de Andalucía con 439,12 hectáreas certificadas.

Los últimos datos de retroceso plantean si se ha tocado techo en la producción de agricultura ecológica malagueña o se puede trabajar para que aumente. Para Asaja-Málaga se está viviendo "un momento crítico de avance o retroceso", el nuevo reglamento europeo es poco favorable a los intereses de los productores y la Junta de Andalucía ha llevado a cabo una "drástica bajada" en ayudas al sector.