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El comportamiento del comprador no es el mismo, su poder adquisitivo tampoco lo es y los supermercados tampoco. En España, el gasto medio anual de los hogares en alimentación es de 4.098 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2013, y esta cifra supone que respecto a 2012, se gastó un 1% menos. Se trata de la segunda partida más importante de los presupuestos familiares por detrás de los gastos relativos a la vivienda (8.964 euros).

Ante un menor presupuesto para alimentación derivado de un menor poder adquisitivo provocado por la crisis, los establecimientos reinventan su forma de hacer negocio con el objetivo de captar la fidelidad de los consumidores y ofrecer una experiencia de compra distinta a la vez que ajustan los precios. ¿Cómo pueden los consumidores aprovechar el cambio?

Compra online. El comercio electrónico en alimentación cobra cada vez más importancia. Durante el último trimestre de 2013 el volumen de negocio de compra de productos de alimentación a través de Internet fue del 3,7%, lo que supone un aumento del 1,3% respecto al trimestre anterior. Los consumidores pueden optar por esta vía para conseguir ahorrar ya que es más cómodo y fácil comparar precios y conseguir aquel que sea mejor, además se evitan desplazamientos y se evitan compras innecesarias.

Marcas blancas. Con la llegada de la crisis, las marcas blancas de los establecimientos cobraron más protagonismo, ofreciendo productos de calidad a precios más bajos. Los establecimientos han aumentado sus referencias de productos de marcas blancas, han incentivado esta área de negocio. Tanto es así que las marcas blancas o de distribuidor han copado las cestas de la compra de gran parte de las familias españolas. Es posible llenar la cesta con un presupuesto más reducido.

Promociones y tarjetas de fidelización. No es una innovación, pero las promociones, ofertas y los descuentos resultantes de una tarjeta de fidelización son algo que siempre existirá y a lo que el consumidor podrá acogerse para hacer la compra más económica.

Nuevos modelos de negocio

Otro modelo de negocio es posible y además es una opción para que los consumidores puedan ahorrar. Un ejemplo de ello es Dealz, un establecimiento que llega a España de la mano del grupo británico Poundland y cuenta ya con tres tiendas abiertas y planea llegar a las diez aperturas. Su estrategia es marcar precios fijos, tomando el 1,5 euros como referencia. Son capaces de reducir los precios de las primeras marcas gracias al tamaño de los productos y al ajuste del margen de beneficios. Los establecimientos se reinventan y esta es una gran muestra de ello, trabajando a favor del ahorro de los consumidores.

Supermercados sin embalajes

Otra innovación en lo que a establecimientos de alimentación se refiere es la primera tienda en el mundo que prescinde totalmente de los embalajes en los productos. Es en Berlín, Alemania, donde dos jóvenes emprendedoras han apostado por el ahorro y el medio ambiente, eliminando todos los envoltorios de productos. Así todos los productos se venden a través de expendedores y con recipientes que los propios clientes llevan. Aseguran que así se consume de forma más comedida y responsable donde las técnicas de marketing generalmente empleadas en supermercados aquí no tienen cabida.