El modelo de Ateca ha sido un buen ejemplo de desarrollo rural primero y de desarrollo territorial después, que demuestra lo que los pueblos necesitan para ser autónomos e independientes.
Ateca demuestra que un pueblo puede tener industria porque sus gentes lo quieren o porque otros venidos de fuera lo buscan y reciben el apoyo necesario para ello. El ejemplo de Chocolates Hueso ha sido uno, pero en esta localidad han convivido dos fábricas de chocolate durante muchos años, fábricas textiles, aserraderos y empresas de muebles, transportistas con flotas propias... y todo ello conviviendo con el sostenimiento de la agricultura y de los servicios.