07/06/15
Pasión por los olivares
La hegemonía española en el sector del aceite de oliva está fuera de toda duda, como lo evidencia que la producción nacional acapara cada año entre el 40% y el 60% de la cosecha mundial. Sin embargo, no es menos cierto que la brecha entre España y el resto de países productores se acorta a buen ritmo por la extensión del cultivo en todo el mundo. En la actualidad, ya son 47 países los que producen aceite de oliva en todo el mundo, y en breve se van a sumar otros dos, Madagascar y Corea del Sur, según la publicación El sector internacional de elaboración de aceite de oliva, presentada en la última edición de Expoliva, la principal feria del aceite de oliva celebrada en Jaén.
El olivar es uno de los cultivos arbóreos más extendidos del planeta, con un total de 11 millones de hectáreas plantadas. El ritmo de crecimiento del cultivo hace que cada año se planten unos 40 millones de olivos. La producción de aceite de oliva no se limita ya a la cuenca del Mediterráneo, sino que es una realidad en todos los continentes. Países como Sudáfrica, Brasil, India, Georgia o China han incorporado recientemente este cultivo uniéndose a otros con una mayor tradición oleícola como Argentina, Chile o Australia. “Estos nuevos países productores están compitiendo con los tradicionales con plantaciones más modernas y mecanizadas, lo que les hace competitivos en un contexto de precios bajos como el actual”, señalan los profesores de la Universidad de Jaén, Juan Vilar y Rafael Cárdenas, autores del estudio que analiza la evolución del sector oleícola en todo el mundo.
Países sin ninguna tradición olivarera se están incorporando a esta actividad, con plantaciones intensivas y superintensivas, lo que se conoce como la nueva olivicultura, con densidades mayores de plantaciones y costes de recolección muy bajos. El resultado es que mientras que en Andalucía el número de olivos por hectárea se sitúa en 118, la media mundial es de 131. En la última década las hectáreas dedicadas al olivar se han incrementado en casi dos millones (en torno a un 20% más).
Mientras tanto, el aceite de oliva se consume regularmente en 164 países. “Cada 10 segundos se consume en el mundo una tonelada de aceite de oliva”, subraya Juan Vilar. El consumo de aceite de oliva apenas supone poco más del 2% de la producción mundial de aceites y grasas y las previsiones apuntan a un crecimiento sostenido de la oferta. “Con una producción mundial que llegará a los cuatro millones de toneladas en poco tiempo se puede provocar un claro desequilibrio en el mercado si la demanda no evoluciona hacia cotas similares, es decir, si no crece en la misma proporción y se produce un exceso de oferta”, advierten los expertos.
El incremento de las producciones se debe principalmente al auge experimentado por países emergentes como Australia Argentina, Chile, Croacia o China. En el país asiático, el mayor mercado del mundo, son más de 96.000 las hectáreas dedicadas al cultivo oleícola en provincias como Gansu, Shaanxi y Sichuan por el procedimiento del regadío por inundación, lo que afecta a su rendimiento graso por su alto contenido en agua. Y Asia es ya, junto a Europa y África, uno de los tres continentes cuya producción oleícola supera su consumo.
En el continente africano —el segundo productor mundial con una media de 322.000 toneladas en la última década—, destaca la expansión del cultivo en Egipto, donde crece a un ritmo de 2.500 hectáreas por año, o Marruecos, donde las producciones medias han pasado de 22.000 toneladas en la década de los años setenta a las más de 70.000 en la actualidad.
Por su parte, Estados Unidos, donde se han plantado en los últimos años 4.000 hectáreas de olivos de variedades como la arbequina o la manzanilla de Sevilla, es el país fuera de la Unión Europea de mayor consumo de aceite de oliva (8% del aceite a nivel mundial), lo que implica que la práctica totalidad del aceite que se consume sea de origen extranjero.
En España, la superficie de olivar ha crecido un 34% desde el año 1989, y ya se superan ampliamente los dos millones y medio de hectáreas, de las que un millón y medio están en Andalucía. El olivar está presente en 34 de las 50 provincias españolas y está entrando con fuerza en zonas no tradicionales como La Rioja, Navarra, País Vasco o Valladolid, en muchas ocasiones con proyectos de nueva olivicultura intensiva y superintensiva.