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Daniel Martínez

15/02/15

Preparando el big data del Porcino

La exigencia de transparencia, uno de los conceptos más escuchados hoy en día, ya es aplicable al sector porcino tras años de demanda. Después de un largo camino, empezamos a encontrar respuestas a la tan reclamada necesidad de incrementar las garantías en el proceso de clasificación y pesaje de ganado, minimizando irregularidades y subjetividades. Ha sido posible llegar a este punto gracias al esfuerzo del sector, pero también de la Administración catalana, que ha perseverado en la implantación del sistema de pesaje y clasificación de canales porcinas (Sipcap).

La normativa obliga a disponer de los aparatos homologados de medida, a garantizar que todas las básculas estén adaptadas a las normas de control metrologico y a presentar las canales según normativa. Los resultados de los controles oficiales reflejan un alto índice de aceptación de este sistema por parte de los mataderos. El sector transformador catalán concentra el 75% de sacrificios en ocho mataderos, y un total de 19 están sometidos a los requerimientos del Sipcap. Esta concentración evidencia un trabajo de dimensionamiento que a la vez facilita su implantación.

No podemos olvidar que, como potencia ganadera, en Cataluña producimos un 5,4% de la carne europea y, siendo un clúster cárnico de referencia mundial, no podemos prescindir de un sistema de pesaje y clasificación que países como Alemania, Francia o Dinamarca tienen implantado desde hace años.

El próximo paso es la creación de una base de datos que puede representar una buena oportunidad para hacer aún más competitiva la ganadería y la industria cárnica catalana. Nuestra propuesta es ambiciosa, ya que pretendemos disponer de una herramienta eficaz de la que se pueda beneficiar el conjunto del sector: productores, cooperativas, transformación, y como no, el consumidor.

Mejora de la calidad

Será crucial, tal como sucede en otros países, el papel de la Administración, ya que es necesario un ente neutral que gestione la información sensible. Quizás hemos tardado, pero esto nos da margen para no repetir errores de otros y adaptar al máximo el sistema a nuestras necesidades. En este sentido, consideramos la base de datos del Sipcap más como instrumento de información que como herramienta de resolución de conflictos individuales, pues posibles irregularidades ya serán localizadas mediante los controles aleatorios oficiales.

Sin duda, la obtención de datos debe abarcar también parámetros que incidan en la calidad de la carne, para así adaptarnos más rápido y mejor a las nuevas exigencias que demanda el mercado. Si implicamos en ello a todos los eslabones de la cadena porcina, el esfuerzo de los productores y la industria por la mejora de la calidad se verá recompensado y conseguiremos situar la carne del porcino en el lugar que se merece.