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Las características de estas variedades obedecen a un estudio sobre las preferencias del consumidor, en el que se ha constatado que el 87% se inclina por la fruta de sabor predominantemente dulce, mientras que el 13% opta por la de sabores ácidos.

Del 87% que prefiere el sabor dulce, la mitad acepta que la fruta tenga un ligero componente ácido, mientras que el resto lo rechaza por completo.

Las características de estas nuevas variedades también tienen en cuenta las exigencias de los productores y las de la cadena de distribución, para conseguir un producto lo más eficiente y productivo posible.

Se trata de frutos con un proceso de maduración lenta y con buen nivel de productividad, dos características que convierten el producto en atractivo para los agricultores que lo cultivan.

Además, se han diseñado para adaptarse lo máximo posible a las condiciones agroclimáticas de Cataluña, ya que se debe tener en cuenta que hasta ahora todas las variedades que se cultivaban habían sido importadas de otros países.

Otros factores que han influido en la creación de estas variedades de frutas han sido su calendario de recolección, repartido a lo largo de todo el verano y que cubre semanas en las que hasta ahora no se podía recolectar ninguna de las variedades existentes.

Según Ignasi Batlle, uno de los responsables del proyecto, todas las variedades tienen "una excelente calidad gustativa, son dulces y de baja acidez, tienen el punto aromático óptimo, una textura crujiente y jugosa que se acaba fundiendo cuando maduran. Son de maduración lenta, tienen una larga conservación y una elevada coloración externa de color rojo".

Batlle ha detallado que el proceso de desarrollo ha supuesto 935 cruces de distintas variedades de frutales y la generación de 71.367 semillas en la primera de las cuatro etapas, la de selección de parentales y cruces dirigidos.

En la segunda fase se puso en funcionamiento la parcela de híbridos, con 24.170 árboles, en la tercera fase se plantó la parcela de selecciones avanzadas y elite, con 318 selecciones, y finalmente, en una última etapa, se han lanzado y puesto en el mercado las 14 variedades presentadas hoy.

Ignasi Batlle también ha detallado los objetivos en los que se centrará el proyecto a partir de ahora, entre los cuales figura el de incrementar la resistencia a enfermedades y prolongar la vida de estos frutos, que todavía "está muy lejos de la capacidad de conservación de las frutas de semilla, como la manzana y la pera".

El director general del IRTA, Josep Maria Monfort, ha destacado la implicación de los productores, que justo después del registro de estas variedades ya han plantado un total de 90 hectáreas.

Frederic Moncasí, presidente de Fruit Futur, ha matizado que los frutos que ahora se han puesto a la venta son los de los árboles del vivero, y ha recordado que las 90 hectáreas plantadas recientemente no entrarán en producción hasta dentro de cuatro o cinco años.

En referencia a la inversión que ha supuesto, tanto el conseller de Agricultura, Josep Maria Pelegrí, como Montfort, han remarcado que se recuperará través de los derechos de propiedad industrial.