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Irene Campos

24/06/14

Proyecto para optimizar el cultivo de la trufa negra

El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro propio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC) va a iniciar un proyecto de investigación sobre la encina micorrizada con trufa negra. Como en la relación entre la encina y la trufa ambas partes se ven beneficiadas, el objetivo de esta iniciativa es reforestar suelos degradados y lograr un aprovechamiento económico mediante la explotación de trufa negra, un recurso de un gran valor económico.

La investigación sale adelante gracias a un convenio firmado hoy entre la Diputación de Salamanca y el CSIC que permitirá implementar la idea y seguir evolución de la encina microrrizada con trufa negra, dentro de un proyecto más amplio promovido por la institución provincial y denominado I+Dehesa, según la información recogida por DiCYT.

Las micorrizas son asociaciones entre ciertos hongos del suelo, en este caso, las trufas, y otras plantas por las que se ven beneficiadas las dos partes. El hongo entra en las raíces sin dañarlas, y ayuda a la planta a nutrirse y a crecer sana. Con la presencia del hongo, la planta micorrizada resiste mejor ante circunstancias adversas como podrían ser la sequía, la salinidad o algunas plagas. En concreto, las trufas (Tuber) son un género de hongos ascomicetes de la familia Tuberaceae que tienen una relación simbiótica micorrícica con algunos árboles, especialmente con los del género Quercus, como las encinas o los robles.

El proyecto se denomina “Análisis de la implementación y evolución de la encina (Quercus rotundifolia Lam) micorrizada con trufa negra (Tuber melanosporum Vitt.) en el marco del proyecto “I+DeheSa” desarrollado en la Finca de Castro Enríquez de la Diputación de Salamanca”. Esta iniciativa, cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional durante el período de intervención 2007-2013, pretende evaluar las posibilidades de implementación del sistema simbiótico encina-trufa negra en zonas de dehesa salmantina con el fin, por un lado, de reforestar áreas de suelos degradados, y por otro lado, tratar de conseguir un aprovechamiento económico de un esquema de repoblación mediante la explotación de la trufa negra, con alto valor en el mercado.

La iniciativa tiene un presupuesto global de 60.000 euros y se desarrollará durante los próximos seis años en una hectárea habilitada a dicho objetivo en la Finca Castro Enríquez. El IRNASA analizará el desarrollo de la encina con el fin de comprobar si la micorrización con trufa negra mejora el asentamiento, pervivencia y desarrollo de la encina respecto a las encinas sin micorrizar. También se estudiará el desarrollo de la ectomicorriza en suelo adehesado, con el fin de valorar si el cultivo de esta trufa puede ser una alternativa de explotación rentable para suelos degradados o terrenos de cultivo abandonados.

Servicios del IRNASA

El convenio se ha puesto en marcha con la firma del presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, y del vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), José Ramón Urquijo, que además han suscrito los convenios de colaboración que ambas instituciones mantienen anualmente para fomentar el desarrollo del sector agrario de la provincia a través de los programas de análisis de suelo y de calidad de los cereales.

En el caso del convenio para análisis de suelo del ejercicio 2014, la Diputación de Salamanca aportará hasta 9.000 euros para que el IRNASA preste la necesaria asistencia técnica y asesoramiento a los titulares de explotaciones agrarias de la provincia que lo soliciten. Estos análisis persiguen aumentar los rendimientos productivos de las tierras cultivadas a partir del estudio de las mismas, así como evitar en la medida de lo posible la contaminación del suelo y de los acuíferos promoviendo el mantenimiento y mejora de una actividad agraria compatible con el desarrollo sostenible medioambiental.

A través de esta colaboración de la Diputación, los agricultores y ganaderos que soliciten los análisis de sus tierras sólo abonarán 6 euros de los 120 a los que asciende la analítica estándar que realizan los técnicos del CSIC.

A través de esta colaboración en el ejercicio del 2013 se llevaron a cabo 353 muestras, un 7% más que el año anterior, y se realizaron cerca de 3200 análisis. La comarca de Salamanca fue la que más análisis demandó, cerca del 50% del total, seguida de Peñaranda, un 20%, mientras que las zonas de Ledesma, Alba de Tormes, La Fuente de San esteban, Ciudad Rodrigo, Vitigudino y la Sierra registraron cifras del 7 al 2,7 por ciento.

Por su parte, el convenio para análisis de calidad de los cereales, en el cual participa también la Cámara Agraria Provincial de Salamanca, pretende favorecer igualmente los rendimientos productivos de las explotaciones cerealísticas de trigo, cebada, centeno, avena y maíz.

Al igual que en el análisis de suelo, el IRNASA el personal y material técnico; la Cámara Agraria, el equipo analizador; y la Diputación, hasta 13.000 euros con los que financiar el coste de dichos análisis a los agricultores, que deberán abonar 5 euros de los 120 de coste total de análisis estándar. A través de esta colaboración, el pasado año se realizaron 408 muestras de calidad que arrojaron un total de 2.117 análisis de las cinco variedades de cereales.