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RAIF: Importancia de valorar las primeras manchas de mildiu en vid

El mildiu (Plasmopara viticola) es una de las principales enfermedades que afectan al cultivo de la vid. Hay que tener en cuenta que en nuestra comunidad, debido a la climatología y características de las zonas vitícolas, su desarrollo en cada campaña es muy variable. Hay años en los que su presencia es prácticamente nula, sin repercusión alguna, y otras en las que se desarrolla de forma muy virulenta, ocasionando graves daños, con una merma importante de la producción.

Este hongo sobrevive principalmente como oosporas invernantes en restos de cosecha (hojas). Las condiciones para su germinación e infección del cultivo son las siguientes:

            •  Brotes de la vid de unos 10 cm. de longitud.

            •  Lluvias superiores a 10 mm. en 1 ó 2 días.

            •  Temperatura superior a los 10ºC. 

Esta infección proveniente de las oosporas invernantes es lo que se conoce como infección primaria. El período comprendido entre la infección del tejido verde y la manifestación externa de la enfermedad (“mancha de aceite”), dura entre 7-14 días. Estas manchas que podemos ver en la viña son el hongo ya desarrollado en la planta.

La capacidad de dispersar esporas que tienen las manchas es mucho mayor que la de las oosporas de invierno, pues es suficiente con una humectación superior a dos horas, y además la cantidad de esporas que producen es mucho mayor. Esto lo hacen mediante los órganos fructíferos (pelusilla blanquecina), que sale en el envés de las hojas o en racimos. Las infecciones producidas a partir de las manchas existentes en el cultivo se denominan infección secundaria. Según las condiciones de cada año pueden producirse más o menos ciclos de infecciones secundarias.

Las temperaturas limitantes para el desarrollo del hongo en la planta están comprendidas entre 12 y 30ºC, y la óptima es de 25ºC.

El periodo floración–cuajado es el más sensible, ya que puede ocasionar la pérdida total del racimo, mientras que los ataques más tardíos suelen afectar solamente a una parte del racimo. La uva, a partir del envero deja de ser sensible a esta enfermedad. Ya que el daño de las infecciones secundarias es el más importante, sin lugar a dudas, conviene controlar desde el principio las primarias, para evitar que se extienda la enfermedad. Por ello, para planificar una correcta protección del cultivo es fundamental la detección de las primeras manchas, e informar de ello con la mayor celeridad para que los viticultores puedan tomar las medidas oportunas, en caso necesario.

En la siguiente tabla se muestran las fechas en las que han detectado las primeras manchas de mildiu en las principales provincias vitícolas, en las campañas 2007-2020.

 

Cádiz

Córdoba

Huelva

2007

5/5

14/6

9/5

2008

22/4

21/5

23/4

2009

22/4

16/6

8/6

2010

30/4

18/4

4/5

2011

27/4

1/5

3/5

2012

16/5

17/5

14/5

2013

23/4

20/4

22/4

2014

2/5

23/4

6/5

2015

5/5

24/4

28/4

2016

22/4

27/4

13/4

2017

20/4

27/4

11/4

2018

15/5

9/5

8/5

2019

9/5

24/4

10/4

2020

27/03

1/04

4/04

 

Como se puede comprobar, el año pasado la fecha de aparición de las primeras manchas se adelantó casi un mes respecto a la media de los últimos 14 años, y ha sido el año en el que han aparecido más temprano.

Esto se debió, además de a las lluvias, Tª y humedad favorables, al adelanto fenológico del cultivo. La brotación, por lo general, se adelantó unos 10 días respecto al año pasado, y casi 20 días respecto a la media de los últimos años. Los pámpanos alcanzaron los 10 cm de longitud en las viñas más adelantadas antes de lo habitual, por lo que la viña estuvo receptiva a las infecciones de mildiu en fechas más tempranas.

Este año, con una brotación en las fechas habituales (y más tarde que el año pasado), no se han dado aún condiciones de desarrollo de la enfermedad. Conviene vigilar la vid, a partir de que se den los 10 cm de pámpano, 10 mm de lluvia y 10ºC. Se seguirá informando.

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